EL Rincón de Yanka

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miércoles, 17 de abril de 2024

LIBRO "🆂🅾🆂 VENEZUELA" por LAUREANO MÁRQUEZ

SOS VENEZUELA

El propósito de «SOS Venezuela» es explicar, al lector ávido de conocer lo que sucede en Venezuela, una secuencia de acontecimientos difíciles de entender incluso para los venezolanos que los venimos padeciendo y que con frecuencia nos preguntamos cómo pudimos llegar a este conflictivo momento. Intenta también ser un mensaje de alerta, desde nuestra dura experiencia, acerca de los efectos que el populismo demagógico tiene sobre los pueblos; acerca de lo impredecibles que resultan, en política, los saltos al vacío; acerca de lo contraproducente que puede ser la insensata creencia de que es posible construir proyectos de cambio sobre la premisa de que «hemos tocado fondo y nada puede estar peor». Venezuela es la muestra de que un país con magníficas potencialidades puede no encontrar límite en su descenso. Ninguna nación está exenta de estos peligros. Dentro de la situación política que vive cualquier país pueden estarse fraguando amenazas similares a las que terminaron golpeando duramente a Venezuela. En este sentido, prevenir contra la antipolítica, contra la demagogia simplista y contra el populismo destructor es parte fundamental de nuestro compromiso. Laureano Márquez

Prólogo

Siempre que suena mi chal del WhatsApp y veo que es un mensaje de Laureano se produce en mí un efecto equivalente al de ese experimento del que la señorita Calatrava me hablaba en tercer grado: el de los perritos de Pávlov que, acostumbrados a recibir comida después de escuchar la campanita, salivaban con el sonido incluso cuando no les tiraban el hueso prometido. Solo que, en mi caso, el estimulo no se trata de comida para la barriga, aunque buena falta le hace a uno que le tiren algo en Venezuela. Se trata de alimento para el alma en forma de comentarios inteligentes, agudos y divertidos que siempre vienen después de un contacto con Laureano. El reflejo condicionado en este caso es siempre la risa, aunque todavía no sepas de qué te va a hablar. No quieres perderte lo que viene.

Por eso, cuando estaba encaramado en el avión de regreso a Venezuela, en pleno proceso de despegue y una vez que la aeromoza ya había mandado a apagar el celular, vi la señal del mensaje de Laureano en mi chat, me reí a carcajadas y no dudé en hacer lo que muchos venezolanos hacen en un avión en pleno despegue: mirar para los lados para mosquear que no estuviera la aeromoza, encorvarme en el asiento y ponerme el celular encaletado entre las piernas para chequear el mensaje.

No me malinterpreten. No me siento orgulloso de romper las reglas y les prometo que justo antes de que el avión se elevara apagué el bicho para no arriesgar la seguridad del vuelo. Pero bueno, sí, fue un pecado venial que ocurrió durante el despegue y que quizás tiene que ver con el problema de fondo de la sociedad venezolana: que rompernos las reglas y creemos que es algo inocuo, sin darnos cuenta de que quizás ahí se encuentre precisamente el pecado original que nos ha traído hasta aquí.

Pero bueno, cerrando paréntesis para regresar a la idea central: finalmente., leí el mensaje y apagué el celular. Laureano me invitaba a escribir el prólogo de su más reciente libro, pero no lo hacía de una manera convencional. Resulta que me contaba que él no pensaba pedírmelo a mi (¿es decir, que yo era una opción alternativa después de que otros lo habian rebotado?); que su editor lo había obligado a pedírmelo en contra de su voluntad (ah, ¿significa entonces que el piensa que un prólogo mío puede bajar las ventas de su libro y excluir a un segmento de sus lectores cotidianos, quienes no me pueden ver ni en pintura, algunos segurantente con razón?).

Por primera vez, un mensaje del Nano no me había causado risa y ni siquiera podía responderle porque ya habíamos despegado y estaríamos en el aire durante ocho horas más, o comí siquiera en el vuelo, lo que debe ser el sacrificio más grande hecho por viajero alguno rumbo a Caracas. Aquel se convirtió en el aterrizaje más esperado y ni siquiera tenia que ver con mi esposa ni con los morochos. Hasta cambié el chip del celular en el vuelo para no tener que esperar a bajarme del avión para mandarlo al c...

Pero tan pronto mi celular tuvo señal en plena pista de Maiquetía -algo que a la luz de la situación venezolana me parece poco menos que un milagro-, se disparó la cadena de mensajes que Laureano babia escrito acompañando al primero y que yo no babia alcanzado a leer antes de despegar. Me explicaba que no quería pedirmelo porque me sabia muy ocupado y no quería quitarme tiempo, pero que había sido presionado por su editor porque parece que él creia que, dada mi actividad profesional, yo podría hacer algunos comentarios evaluando la situación venezolana que complementaran su texto, al cual Laureano -humilde como es-describía como un libro light.

Conociendo al personaje, y seguro de que nada escrito por Laureano sobre el país seria light o superficial, no había nada más que hablar. Si de algún libro me daba nota escribir el prólogo era de este. «Mándarne el borrador para leerlo y me pongo manos a la obra», le respondí. 

Mi agenda oculta era tener el libro de Laureano cuanto antes para lograr ese soft landing (aterrizaje suave) que uno requiere cuando viene de un viaie largo y regresa a Venezuela. Antes, uno se recuperaba rápidamente viendo el Avila y las guacamayas, pero ahora, con la inseguridad desbordada, las calles llenas de huecos, la escasez de comida y medicinas, las fallas eléctricas, el dólar por el cielo, la inflación más alta del mundo, los presos políticos y de pensamiento, las sanciones internacionales y, para remate, con el que te conté desatado en cadena nacional, tendría que haber tiranosaurios rex correteando por Sabas Nieves y pterodáctilos posados en el balcón de tu apartamento para poder pensar en otra cosa (realmente, cuando revisaba este texto una vez escrito, me di cuenta de que, en el entorno venezolano, esos bichos prehistóricos se sentirían más en casa que en Jurassic Park).

Necesitaba algo más contundente y allí estaba: el manuscrito de Laureano, la primicia deseada, la garantía de análisis inteligente y risas que nos regala el mejor y más completo humorista y politólogo del país. Bueno, lo de «regala» fue conmigo, a quien, de paso, puso a trabajar; ustedes mejor pagan el libro con una transferencia, porque ya no se consiguen ni los inmortales billetes de cien bolos. Así mismo, envío desde aquí mi respeto, cariño y admiración a Emilio Lovera, quien se podría convertir en el otro mejor y más completo humorista tan pronto me invite a escribirle un prólogo.

Ahora en serio, estaba seguro de que, con esto en la mano, se me quitaría el guayabo de ver el país como está. Se supone que aquí viene la parte donde comento lo que Laureano escribió y les cuento que está bueno, donde les insisto en que no se lo pueden perder y donde les aseguro que no paré de reír, a pesar de los pesares. Pero al terminar de leer el libro, que fue de un solo jalón y como un búho —sin quitar ni un minuto los ojos del manuscrito—, me quedé solo con dos de los tres objetivos planteados: el primero es que es simplemente sensacional, como todo su trabajo, lo que notarán desde el primer párrafo. 

Es exactamente lo contrario al libro light que él describió. De hecho, si me permiten un consejo, no intenten usarlo como colchón para aclimatarse a su llegada al país. Para eso es mejor tomarse un whisky doble, algo que también hace maridaje perfecto con el libro. Y lo segundo es que no se lo pueden perder, no solo porque encontrarán en él una descripción impresionantemente elaborada, descarnada y brillante de la situación venezolana, sino porque, con la crisis aquí descrita, más vale que Laureano venda burda de libros para pagar la universidad de Laura, su hija. 

Sobre el reto de hacer comentarios, paso y gano. No tiene ningún sentido, porque este autor refleja el sentimiento de todo un país. Describe, de manera impecable, nuestra realidad, nuestra historia, nuestros problemas, nuestras frustraciones, nuestros miedos, nuestras pesadillas y nuestros sueños. No hay nada aquí que yo pueda o deba explicar mejor. 

No obstante, sí es mi deber advertirles algo, para no romper con mi tradición de aguafiestas. Si esperan reírse al comprar este libro, en este prólogo está —sin duda alguna— su última oportunidad, porque lo que viene de aquí en adelante es, como Venezuela hoy, candela pura y les va a provocar de todo… menos reír. 

Luis Vicente León 
Septiembre de 2017

INTRODUCCIÓN

Venezuela atraviesa uno de los momentos más complicados de su historia. La supervivencia de la nación está amenazada por la carencia de alimentos e insumos básicos, por la inexistencia de medicamentos, por la violencia, pero sobre todo por la ambición desmedida de poder, que ha convertido a una sociedad de tradición democrática en la víctima de un régimen que actúa al margen del ordenamiento constitucional, sancionado internacionalmente por diversos delitos, que mezcla incompetencia administrativa, corrupción, violaciones a los derechos humanos, vínculos con el terrorismo y con el narcotráfico. El panorama no puede ser más desalentador. La ilusión de bienestar que Chávez produjo en los venezolanos terminó convertida en estruendoso fracaso. 

El propósito de este libro es explicar, de manera breve y esquemática al lector ávido de conocer lo que sucede en Venezuela, una secuencia de acontecimientos difíciles de entender incluso para los venezolanos que los venimos padeciendo y que a veces nos preguntamos cómo fue que llegamos a este conflictivo momento. Pretende también ser un mensaje de alerta, desde nuestra dura experiencia, acerca de los efectos que el populismo demagógico tiene sobre los pueblos; acerca de lo impredecibles que resultan, en política, los saltos al vacío; acerca de lo contraproducente que puede ser la insensata creencia de que es posible construir proyectos de cambio sobre la premisa de que «hemos tocado fondo y nada puede empeorar». Venezuela es la muestra de que un país con magníficas potencialidades puede no encontrar límite en su descenso. 

El mensaje de la antipolítica que acabó con Venezuela tiene mucha receptividad en el mundo —incluyendo países desarrollados de larga tradición institucional— porque simplifica la realidad; y vivimos tiempos de simplificaciones, de teorías de 140 caracteres y de redes virtuales que a veces sustituyen lo real. Debemos retomar ciertos principios y valores sobre los cuales se fundamenta nuestra vida, y la política es uno de ellos. En este sentido, desde aquí queremos apostar por la idea de la política como tarea noble, como obligación cívica, como compromiso de amor y solidaridad del ser humano. El poder no es un fin en sí mismo; su misión está al servicio del ser humano y de su felicidad. 

En este volumen haremos un breve recuento de la historia venezolana que permita al lector ubicarse en el origen remoto de muchos de los males presentes de Venezuela. También del nacimiento del chavismo de la mano de su fundador, Hugo Chávez, quien abrió el camino de confiscación de libertades que nos ha conducido a la crisis que actualmente padece la democracia venezolana. Sin aquella «dictablanda» no habría sido posible esta dictadura. 

Este libro es también un llamado de auxilio, no solo de medicinas y alimentos.
Necesitamos auxilio de libertad. Uno de los temas pendientes desde la fundación las Naciones Unidas es cómo lograr que los pueblos se apoyen mutuamente en la defensa de los valores democráticos, que funcione el derecho internacional y no la ley del más fuerte o del mejor armado, porque estaríamos repitiendo a escala global lo que sucede en el interior de los regímenes autoritarios. Parte de esa ayuda es la creación de una conciencia de solidaridad cívica global, para que los organismos internacionales no acaben reaccionado demasiado tarde frente a las tragedias políticas, casi siempre cuando gran número de inocentes han pagado con su vida el deseo de una existencia más justa, tolerante y democrática. 

Quien escribe estas páginas —que han terminado resultando demasiado serias— es humorista de profesión en Venezuela. Durante los últimos dieciocho años ha tratado de alertar, desde la tribuna del humor, sobre la grave amenaza que se venía tejiendo en contra de la democracia y la libertad. Al humor muchas veces le toca decir aquello que otros no pueden o no se atreven. Sin embargo, este no es un libro de humor, sino un intento reflexivo de síntesis sobre un conjunto de circunstancias históricas y políticas que condujeron a la terrible situación que hoy padece mi país. Agradecemos a Eduardo Sanabria (Edo) su contribución, con su espíritu ilustrado y bondadoso. Edo es uno de los humoristas gráficos más inteligentes con los que cuenta Venezuela hoy día. Sus caricaturas tienen el don de dar siempre en el blanco en relación con los temas que nos angustian. Vaya nuestra gratitud también a Luis Vicente León, uno de los analistas políticos más reputados del país —autor del prólogo— por sus oportunas observaciones 

Los venezolanos saldremos de esta crisis. Más allá de las penurias que relatamos, querido lector, nos encantaría que usted se enamorara de nuestra tierra, de su luz, de sus paisajes, playas y ríos; pero sobre todo de su maravillosa gente, que merece, sin duda, un destino mejor.

EPÍLOGO

La situación de Venezuela es difícil de entender. Al mundo se le hace inexplicable por qué nos resulta tan complicado encontrar una salida electoral o negociada, como ha pretendido la oposición venezolana. Esto no se produce fundamentalmente por una razón que es preciso señalar con toda crudeza: el régimen político imperante ha pasado a ser percibido, nacional e internacionalmente, como abiertamente delincuencial. Las instituciones del país están en manos de personas acusadas de distintos tipos de delitos: corrupción, violaciones a los derechos humanos, vínculos con grupos terroristas, narcotráfico… Por esta razón, los criterios que son usuales para la negociación política en Venezuela simplemente no han funcionado, porque para uno de los sectores en conflicto la negociación no constituye una vía para establecer acuerdos realizando concesiones, sino solamente una estrategia para ganar tiempo y para radicalizar aún más las propias posiciones y, en última instancia, sobrevivir de la única forma en que le es posible: asegurándose su permanencia en el control del poder. Chávez condujo un proceso en el que se rodeó de incondicionales muy leales, pero incapaces y de ilimitada ambición. Correspondió la lealtad con permisividad, ausencia de controles e impunidad, lo que fue escalando en una espiral de corrupción sin límites. Siguió el consejo atribuido a Benito Juárez: «Para mis amigos todo, para mis enemigos la ley», porque en nuestras sociedades las leyes son más instrumento de venganza y represión que parámetros de convivencia cívica. Desaparecido Chávez, sus aliados se dividieron en diferentes facciones en pugna, unificados solo por la idea de sostenerse en el poder a toda costa para evitar sanciones nacionales e internacionales ya anunciadas a una lista cada vez mayor de funcionarios. La complicidad ha sido, sin duda, el principal factor de cohesión para los seguidores de Chávez. 

Un político entiende que el poder se gana y se pierde también y que, en una sociedad democrática, quien gana no lo gana todo y quien pierde no lo pierde todo, porque de eso se trata el juego democrático. Pero cuando el delito se entroniza, la pérdida del control acarrea riesgos inaceptables para el que gobierna. Por ello, en situaciones de esta naturaleza, se está dispuesto a cualquier ilegalidad y a cuantas violaciones de derechos humanos sean necesarias para mantener secuestrado el poder. El agravante de la situación es que la absoluta incapacidad del presidente para garantizar una mínima gobernabilidad en la conducción del país ha convertido a Venezuela en eso que en ciencia política se denomina un «Estado fallido», esto es: un Estado cuyo Gobierno no tiene capacidad de control sobre el país, que no tiene el monopolio de la violencia legítima, porque transformó a los cuerpos de seguridad en grupos armados que actúan al margen de las leyes, sin capacidad para suministrar los servicios básicos que la gente requiere, el funcionamiento de la economía ni la vigencia del Estado de Derecho, lo que nos coloca fuera del concierto de la naciones democráticas. 

Cuba, junto con Bolivia y más tímidamente Nicaragua, son de los pocos apoyos que le quedan al régimen dictatorial venezolano. A la primera se le atribuye control sobre algunas áreas del gobierno del país y son frecuentes las visitas del presidente a la isla caribeña. Se dice que los servicios de inteligencia cubanos operan con libertad en el país y que en la Fuerza Armada, los registros civiles y de la propiedad aquellos tienen injerencia directa. El ministro de la Defensa recibe sus tratamientos médicos en Cuba, como el resto de los funcionarios de alto nivel que lo requieren. El presidente Chávez fue atendido en La Habana. Su estado de salud fue un secreto celosamente guardado y nuestro jefe de Estado, que tomaba decisiones y firmaba decretos desde su cama del hospital, estaba a merced de las autoridades de otro país, del que regresó inconsciente y sin que sepamos, hasta el día de hoy, si las decisiones que desde allí tomó fueron efectivamente suyas. Público y notorio es el hecho de que Venezuela suministra a Cuba petróleo gratuito y que la isla tiene vivo interés en que esta situación se sostenga. 

El tema del narcotráfico y la forma como este se ha involucrado con las altas esferas del poder político y militar es otro de los puntos álgidos al abordar el caso venezolano y ya ha dado lugar a investigaciones y sanciones internacionales, como el arresto —en los Estados Unidos— de los sobrinos de la esposa del presidente, la por él denominada «primera combatiente». Los «narcosobrinos», como los llama la ironía popular, fueron detenidos en Haití por organismos de inteligencia estadounidenses luego de un vuelo en el que viajaban supuestamente para negociar asuntos relacionados con la venta de droga. El avión privado en el que volaban había despegado de Venezuela, de la llamada «rampa cuatro» del aeropuerto de Caracas, que es de uso exclusivo del presidente de la República. Venezuela ha sido denunciada como narco-Estado. Según los conocedores de la materia, esta situación se originó en la relación —auspiciada por Chávez— de nuestro Ejército con la narcoguerrilla colombiana. Se habla de que se facilitaron las actividades de los rebeldes colombianos en el país para mantener sus canales de financiamiento. A partir de allí, altos funcionarios civiles y militares comenzaron a ser parte del negocio. Esto ha sido denunciado por importantes políticos de los Estados Unidos, como el senador Marco Rubio, o figuras de renombre en América Latina, como el expresidente costarricense y premio Nobel de la Paz, Oscar Arias.

Como consecuencia de todo lo señalado, Venezuela ha entrado en el terreno de la ingobernabilidad, con un un sistema electoral abiertamente cuestionado, sin capacidad para la negociación por parte del Gobierno por las razones expuestas y con una grave crisis humanitaria de alimentación y sanidad en pleno desarrollo, todo ello en el contexto de la inflación más elevada del planeta y con uno de los índices de criminalidad más altos del mundo. Junto a ello, la existencia de grupos paramilitares armados por el Gobierno, una Fuerza Armada convertida en brazo militar del partido gobernante y un creciente número de ciudadanos que halla en la emigración desesperada la única salida. 

Venezuela atraviesa sin duda uno de los momentos más tenebrosos de su historia. Saldrá de él, no cabe la menor duda, pero a un duro precio en vidas y bienestar. Para los que «gobiernan», los costos de salida del poder son infinitos. Saben que si abandonan sus cargos están perdidos dentro y fuera del país. Las preguntas que surgen son: ¿cuánto tiempo puede mantenerse un Estado fallido?; ¿cuánto tiempo soportará la población morir de inanición o por enfermedades no atendidas?; ¿cuántos ciudadanos inocentes más tendrán que caer para contener a un pueblo que se ha rebelado de manera pacífica pero contundente? Estas son las inquietudes que flotan en el ambiente. 

No deberíamos concluir con una visión desesperanzada. Si has llegado hasta aquí, amable lector, es porque esperas, como el autor de estas páginas, un desenlace feliz para esta historia. Y Venezuela lo merece. Es un hermoso país, física y espiritualmente hablando. Difundir lo que nos sucede es parte de nuestra misión. Reconstruir la idea de la solidaridad internacional y del compromiso de todos con el bienestar global también lo es. 

Ninguna nación está tan lejos como para que no pueda afectar de alguna forma tu vida cotidiana. Pero, además, en la propia situación política en la que vives pueden estarse fraguando amenazas similares a las que terminaron golpeando duramente a Venezuela. Prevenir en contra de la antipolítica, en contra de la demagogia simplista y del populismo destructor es parte de nuestro compromiso. La política es y debe ser una noble tarea, una responsabilidad con la humanidad toda, con el bienestar de los más humildes, pero sobre todo un compromiso con una forma de vida de respeto y tolerancia, de solidaridad, honestidad y de bondad, porque, como diría el místico español san Juan de la Cruz: «En la tarde de la vida te examinarán en el amor» y la política tendría que ser la actividad de amor por excelencia. 

A pesar de los padecimientos terribles a los que es sometida Venezuela y que hemos relatado aquí de manera breve y sucinta, la nuestra sigue siendo una nación de gente talentosa y amable, de artistas y cultura, de bellezas naturales y del mismo afán de progreso que atrajo a tanta gente en otro tiempo. Venezuela tiene en su espíritu colectivo enormes reservas de optimismo, de ingenio y también de democracia y libertad. Muchas cosas debemos cambiar en nuestra manera de asumir nuestro propio destino luego de esta dura lección. Ese enfrentamiento entre civilización y barbarie del que hablaba don Rómulo Gallegos en su célebre novela Doña Bárbara sigue marcando nuestro destino. El péndulo de la historia habrá de moverse pronto hacia el lado de la civilización. A ello apostamos. Mientras tanto, seguimos siendo — volviendo a Gallegos— una «tierra de horizontes abiertos, donde una raza buena ama, sufre y espera».

Laureano Márquez. ‘Un cómico serio’

martes, 16 de abril de 2024

"SOMOS LO QUE DEFENDEMOS" POEMA DE LUIS ALBERTO DE CUENCA Y CANTADO por LOQUILLO

SOMOS LO QUE DEFENDEMOS

POEMA DE LUIS ALBERTO DE CUENCA

Soy mitad monje, mitad soldado
Con la cabeza en el futuro
Y el corazón en el pasado
Guardo una arruga por cada amante
Bajo un fuego cruzado
Habito en la frontera

Entre paganos y cristianos
Vivo en la guerra
Esta paz es un infierno
Ser un verso libre
Somos lo que defendemos

Vivo en la guerra
Esta paz es un infierno
Ser un verso libre
Somos lo que defendemos

En el amor y en el combate
No dejamos prisioneros
Sólo tierra quemada
Y cicatrices en el tiempo

Pecado, culpa, fe y redención
No hay que admitir la ofensa
Y te ahorras el perdón
Te ahorras el perdón

Vivo en la guerra
Esta paz es un infierno
Ser un verso libre
Somos lo que defendemos

Vivo en la guerra
Esta paz es un infierno
Ser un verso libre
Somos lo que defendemos

Es la nostalgia por lo no vivido
Como una resaca sin haber bebido
Individual o colectivo
Lo singular es subversivo
Lo singular es subversivo

Vivo en la guerra
Esta paz es un infierno
Ser un verso libre
Somos lo que defendemos
Vivo en la guerra
Esta paz es un infierno
Ser un verso libre
Somos lo que defendemos

Loquillo - Somos lo que defendemos (Audio Oficial)

lunes, 15 de abril de 2024

LIBRO "LETIZIA, SATÁNICA Y ADÚLTERA" por ENRIQUE DE DIEGO 👿👥👑

LETIZIA, 
SATÁNICA Y ADÚLTERA
Enrique de Diego fue el primer periodista que habló, hace 11 años, de la relación afectiva entre Jaime del Burgo y Letizia Ortiz Rocasolano. Tras el mayúsculo escándalo de las revelaciones de Jaime del Burgo sobre la infidelidad de la reina consorte, sale al quite con el libro más escandaloso sobre Letizia en el que describe su alineamiento, desde hace más de una década, con el culto a satanás, practicado por las élites globalistas. Con gran acierto, resalta la similitud de la actitud de la prensa española en este escándalo y durante toda la plandemia, con postura unánime, en medios de todas las tendencias, lo que muestra la farsa del sistema en esta distopía que nos ha tocado vivir como una guerra espiritual, en la que vamos ganando hacia la segura victoria final.


Coplas de Felpudo, el Cornudo,
y de la adúltera Satanizia,
De soltera Letizia,
Con el cuñado,
El navarro empotrado,
Jaime del Burgo,
Como le conoce el vulgo.
Érase una vez Felpudo muy preparado,
Con fama de julandrón,
Le gustaban las prendas de don algodón.
De Isabel Sartorius se encaprichó, embobado.
¡Horror! Sus padres estaban divorciados.

De Eva Sanum y su espalda de vértigo plebeya,
Quedó hechizado,
Pero su padre, el campechano,
De la noruega bella,
No le dejó probar bocado.
El muy marrano.
Así que mano sobre mano,
Todo el día pegado a la televisión
Se prendó de una locutora Letizia,
Que le pareció una delicia.
Venía resabiada de mil batallas del amor,
Siempre trepando y trepando,
Se había liado con el profesor
Como si fuera Antonio Machado
Y como no dio la talla, lo dejó tirado,
Y al bebé, Satinizia, abortado.

Guadalajara en un llano y México en una colina.
En Guadalajara se tiró a media población,
Claro que Guadalajara no es Nueva York.
Se lió con el director y rompió la redacción.
Las fiestas fueron épicas, las borracheras y las orgías.
En la Facu hizo un trabajo declarándose, con buenas razones, republicana
Y siguió su vida liberada y descocada.

En Irak, si los informes de la sargenta Paquita hablaran
Contarían que ninguna noche durmió en el camarote,
Pues a costa del contribuyente, chupando del bote,
Se beneficio a la mitad de la oficialidad de la Marina inglesa,
Vengándose, con creces, de la Armada Invencible y de Trafalgar
A fuerza de acabar con ellos de tanto folgar.
Así que cuando el pazguato, preparado, Felpudo.
Se prendó de la que leía las noticias

Nunca sospechó que terminaría cornudo
Por una plebeya llamada Letizia.
Más cornadas da el hambre y más se ha tirado el campechano
A veces desde la 4ª planta como a Mozarowsky Sandra,
Mándale rosas que se va de la ciudad, anda.
El caso, acostumbrada a vivir del Presupuesto,
Le hizo tilín la Corona,
Y se dispuso a aceptar la oferta con lo puesto.
Y como París bien vale una Misa y dos Roma,

A la atea hubo que hacerla en menos que canta un gallo
Católica, para matrimoniar por la Iglesia, vestir de sayo,
Para entrar en La Almudena con oropel y de blanco virginal.
Y Letizia dijo el ‘sí quiero’ con la boca pequeña, pero el ‘te amo’
Se lo dijo al empotrador navarro, Jaime del Burgo,
Cuya verga le gustaba más que el queso fresco de Burgos;
Se escenificó la farsa para el entontecido vulgo,
Y en la piscina de Zarzuela,
Donde la que no se corre, vuela,
Y en el restaurante El Latigazo,
Para festejar el regio braguetazo,
Saltaban chispas con el empotrador navarro
Que no salían, ni por asomo, con Felpudo,
Y así, sin amor desde el primer día, terminó siendo Cornudo.
Ay, mi amor, me protege tu pashmina
Y me pone y me calienta la vagina,
Con tu pashmina, estoy más caliente que una olla en la cocina.
Hicieron planes los amantes de dejar de ser ella princesa,
Irse a vivir a la gran manzana de Nueva York
(allí podía hace estragos al por mayor)

Y tener otro hijo por maternidad subrogada,
Que es no poco misterio el porqué de esta guarrada.
Pero luego dio en pensar, la mujer del quesero ¿qué será?
Y la mujer del Felpudo ¿Qué será?
“no podemos volver a vernos”, le dijo al tercero.
Y se marchó con viento fresco el sobrero
Y no hubo fuga romántica a Nueva York,

Que por el interés te quiero Andrés, dijo a Felpudo.
Y con Telma, para echar más morbo, el quesero se casó,
De modo que la monumental cornamenta de Felpudo
se la puso su cuñado; todo queda en casa, apañado.
Satinizia se compró libros satánicos, desbocada,
Dio el premio princesa de Asturias a la bruja más horrenda
Y apostó por las élites que a satán alaban,
Se apuntó a promocionar la timo vacunación y toda la agenda
Incluida la burda patraña del cambio climático,
Y el Felpudo hizo lo mismo, y poniéndose enigmático,
Se sumó, el cornudo, a la veinte treinta.
Entonces Jaime Peñainfiel sacó el bombazo
De la pasión escondida con del Burgo en El Latigazo.
Por menos, Enrique VIII le cortó la cabeza a Ana Bolena,
por poner en duda la legitimidad de las nenas.
Pero, como hemos avanzado, Cornudo a la adúltera ha perdonado.
Desde aquí le recomiendo que busque a Leonor profesión,
Que ya está bien vivir del cuento, que se acabó lo de Borbón.

LETIZIA, LA MALÉFICA

Introducción

Este es un libro de reivindicación personal. Publiqué en 2011, "La monarquía inútil". Cierto de los riesgos profesionales que corría, me entrevisté con Jesús Cacho, autor del libro de referencia "El negocio de la libertad", para sondearle si ese libro iba a tener continuidad y extraer las consecuencias políticas de su investiga­ción. Me encontré un Jesús Cacho sumido en el cinismo y la indolencia, que había salido escaldado. Bajo ningún concepto, iba a afrontar la tarea de mostrar a los españoles que el origen de todos sus males devienen de la turbia monarquía.

No me quedaba otra que coger el toro por los cuernos y poner manos a la obra a la ingrata y arriesgada tarea por imperativo ético y por estricto rigor intelectual. 
"La monarquía inútil" vio la luz en 2011 en la editorial Rambla que puse en marcha para dotar a la Plataforma de las Clases Medias de su cuerpo doctrinal. Estaba obligado, después de haber publicado "Casta parasitaria" -concepto tan mal usado por el partido Podemos que sólo buscaba, ni más ni menos, que un acomodo en la asquerosa y ruinosa en la casta parasitaria-, a culminar que es la mo­narquía el fundamento y la cusa del expolio de las clases medias en beneficio y para sustento de la nueva aristocracia, muy numerosa y gravosa: la política, la de los políticos, no la de la sangre. 

Esa es la tesis fundamental de un libro que hoy es de culto: la monarquía siempre necesitar pactar con una aristocracia, con un grupo cerrado, que la sostenga y en España, con la nefasta transición, se puso en marcha un botín electoral inmenso e insostenible que es el de los políticos que han hecho de la política su forma de vida, su profesión.
La reivindicación alcanza a todos y cada uno, en todos los rincones de España, que me siguieron en la aventura alegre y desesperada de la Plataforma de las Clases Medias y del partido Regeneración. 
Fue maravilloso compartir con vosotros momentos épicos y gloriosos como el mitin en la Plaza de Colón, que congregó a 25.000 ciudadanos, la marcha a protestar en La Moncloa desde Alonso Martinez, la manifestación para poner un chorizo en la sede central de UGT en Avenida de América o los mítines y concentraciones, extendiendo la doctrina y gritando nuestro lema de rebelión "Con mi dinero, no'', en Zaragoza, a los pies de la Virgen del Pilar, Barcelona, Valladolid, Salamanca, Albacete, Alicante, Valencia, Sevilla, Almería, intentado parar la marcha hacia el abismo, al que hoy nos asomamos, a pregonar la traición de nuestros dirigentes, que se materializaría en el año 2020 en el furibundo ataque globalista, con el croar de las ranas de los medios de incomunicación, donde todo es mentira y propaganda abyecta, que implicó los confi­namientos, el gerontocidio, la dictadura satanaria y la masacre de las timo vacu­nas. 

Todo eso lo quisisteis evitar valientes y corajudos hombres y mujeres de la Plataforma de las Clases Medias, luchando por vuestros compatriotas, y vuestros hijos y los hijos de vuestros hijos. Esa lucha no fue en vano. Todos, allá donde os encontréis, sois héroes de España y de la Humanidad. Fuisteis los pioneros en esta guerra contra el globalismo.
Durante la experiencia de las movilizaciones de la Plataforma de las Clases Me­dias pudimos saber de las férreas artimañas del sistema, de la condición de farsa en que vive la sociedad española y de la ausencia total de libertad de expresión. Cuestiones que se exarcebaron, como ya he dicho antes, durante la plandemia y aún seguimos en esa dialéctica tramposa hasta que se produzca la segura victoria final y se depuren responsabilidades en juicios sumarísimos. Así, por ejemplo, fuimos objeto de una conjura de silencio total. 
En la concentración de la Plaza de Colón a la que he hecho referencia asistieron todos los presuntos medios de referencia y todas las televisiones que me hicieron entrevistas que no se emitieron. Intereconomía, grupo en el que trabajaba y había llevado a las más altas cotas de audiencia, realizó un reportaje, al que dedicamos bastante tiempo, que nunca vio la luz.

Y que no se puede contar la verdad sobre la monarquía -como le ha sucedido a Jaime Peñafiel aunque él afirma que sólo ha contado el 2% de lo comunicado por Jaime del Burgo- pues el mismo día que salió publicado "La monarquía inútil" recibí la visita descompuesto de Julio Ariza, presidente de Intereconomía, hecho un auténtico basilisco y echando por la boca espumarajos afirmando que disparaba con sus armas, mientras yo, a duras penas, trataba de explicar que era libre para escribir lo que quisiera en forma de libro y que ni había hecho ni iba a hacer pro­moción en los medios del Grupo. Pocos meses después fui despedido de Intereco­nomía y, pretendidamente, condenado al ostracismo.

Reproduzco como un anexo la introducción de "La monarquía inútil", referencia a uno de los criterios -el utilitario- que los monárquicos, y los republicanos de pega, como toda la izquíerda, el PSOE y Podemos, aducen para no cuestionar la monarquía, que es la base de los males ingentes de la partidocracia, y el segundo criterio de la propaganda monárquica es que se trata de una familia ejemplar. Todo es mentira, todo es farsa. 

Ciertamente, la monarquía es útil para la casta pa­rasitaria y una pesada losa para las depredadas clases medias. Ciertamente, con el coste personal citado, abrí la veda. Puse en evidencia que el rey iba desnudo, que era un corrupto y que el matrimonio entre·Juan Carlos y Sofía estaba roto desde 1975. Todavía las furcias mediáticas, como las ha bautizado el gran César Vidal, se inquieren cómo fueron capaces de guardar absoluto silencio sobre las fecho­rías del campechano y no saben dar explicación alguna. 
La monarquía borbónica ha continuado siendo mentira. Las desventuras de la consorte Letizia que ha desvelado Jaime del Burgo, por cerrar un capítulo de su vida en el que cometió mu­chos errores, que trata de enmendar, y por patriotismo, para acabar con la lacra borbónica y España pueda prosperar, en vez de desintegrarse como los Balcanes, saltando hecha añicos su integridad territorial y cuestionando la identidad de Navarra. 

Felipe el Cornudo y Letizia Satanizia dan para una novela de terror. En­tre otras cosas, porque Letizia liba culto a satán desde hace una década. Porque el globalismo, al que combato, es satanismo y las élites, que en base a mentiras como la plandemia, el timo calentamiento global y todos los organismos supranacionales como la Unión Europea, el Banco Central Europeo, la ONU, la OTAN, la OMS, el complejo letal farmacéutico con su cohorte de satanarios, rinden culto al señor oscuro y Letizia ha confiado en él para su supervivencia y efímera gloria.

David Rocazolano, primo de Letizia, autor del libro "Adiós, princesa", en el que se ofrece documento del aborto de Letizia en la Clínica Datar, expones su extrañeza por la rápida conversión de la agnóstica al catolicismo, que parece impostada, y que la lleva a despedirse de él porque tiene que asistir a la santa misa dominical que se celebra en el Palacio de la Zarzuela todos los domingos a las 12 horas.
No le debió durar mucho la religiosidad porque Letizia da desde hace diez años culto a satán, milita en el satanismo, que practivan las élites globalistas, de forma que el globalismo es satanismo y la agenda 2030 es el programa diabólico para la eliminación de población y la extinción de la especie, el viejo sueño del maligno.

El satanismo, culto aberrante de las élites

Con motiva de la muerte de de David Rockefeller el 20 de marzo de 2017, el periodista Pablo Ferrer escribiía en la digital "Hispanidad", "apenas han pasado 24 horas desde el fallecimiento de David Rockefeller -lunes 20 de marzo- y ya se han es­crito ríos de tinta acerca de su larguísima vida de 101 años. Le dio tiempo para hacer de todo, o casi. Una lástima, porque viendo su trayectoria se desprende una conclusión terrible: vivió de espaldas a lo más importante, que no es otra cosa que la vida eterna, la que no termina nunca, junto al Padre Dios.
"Porque de todo lo que se ha dicho acerca del nieto de John D. Rockefeller, lo que realmente marcó su vida no fue la petrolera Standard Oil ni el Chase National Bank, ni siquiera un gobierno en la sombra. La clave fue su entrega al maligno, que le llevó a transformar la masonería en satanismo".
"Y para que no hubiera ninguna duda, muy cerca de la sede central de la logia Rockefeller -sí, tenía su propia logia masónica, que viste mucho y está al alcance de muy pocos-, esto es, en el Rockefeller Center, en Nueva York, hizo colocar una estatua de Lucifer. Más aún, a pocos metros de ahí, Rockefeller construyó el rascacielos '666 Quinta Avenida'. Todo muy discreto".

Rockefeller ya lo planteó así en septiembre de 1994, durante una cena en la ONU con embajadores de todo el mundo: "Estamos al borde de una transformación global, todo lo que necesitamos es la correcta gran crisis y las naciones aceptarán el nuevo orden mundial". Esclarecedor.
En 2020, la gran mentira de la plandemia, que tanto sufrimiento y muertes está costando, ya fue ensayada por la Fundación Rockefeller, y su nefasto hombre a sueldo, Henry Kissinger presentó a Richard Nixon el famoso informe Kissinger proponiendo convertir la despoblación mundial en el objetivo número uno de la política exterior de los Estados Unidos. 
En 1969, auspiciado por John D. Rockefeller se publicó un artículo de fondo en el New York Times del 4 de noviembre de 1969, escrito por Gladwin Hill, pedía que se añadieran productos químicos esterilizantes al suministro de alimentos con el fin de lograr los objetivos globalistas de despoblación humana. El artículo, titulado «Se insinúa un medicamento de es­ terilidad en los alimentos», iba acompañado de la frase «Biólogo destaca la nece­sidad de frenar el crecimiento demográfico». 

La agenda satánica de los Rockefe­ller se puso en marcha con el aborto, al que Letizia Ortiz es adicta, la eutanasia, los anticonceptivos y toda la "cultura de la muerte".
El nombre de la familia ahora se ha vinculado a la supresión de la medicina natu­ral para fundar grandes compañías farmacéuticas y ganar mucho dinero.
La gente en estos días te ve como un bicho raro si hablas de las propiedades curativas de las plantas o de cualquier otra práctica holística. Como todo lo demás, hay mucha política y dinero detrás de nuestro moderno sistema médico.

Todo comienza con John D. Rockefeller (1839 - 1937) que fue un magnate del petróleo, un magnate ladrón, el primer multimillonario de los Estados Unidos y un monopolio de origen natural. A comienzos del siglo XX, controlaba en 90% de todas las refinerías de petróleo en los EE.UU. a través de su compañía petrolera Standard Oil, que luego se dividió para convertirse en Chevron, Exxon, Mobil, etc.
Al mismo tiempo, alrededor de 1900, los científicos descubrieron "productos petroquímicos" y la capacidad de crear todo tipo de productos químicos a partir del petróleo. Por ejemplo, el primer plástico, llamado baquelita, se fabricó a partir del petróleo en 1907.

La perversión química de la Medicina

Los científicos descubrieron varias vitaminas y supusieron que muchas drogas farmacéuticas podrían obtenerse del petróleo. ¡Esta fue una maravillosa oportunidad para Rockefeller que vio la capacidad de monopolizar las industrias de pe­ tróleo, química y médica al mismo tiempo! Lo mejor de los productos petroquí­ micos era que todo podía patentarse y vendlerse con altosbeneficios.
Pero hubo un problema con el plan de Rockefeller para la industria médica: las medicinas naturales / herbales eran muy populares en Estados Unidos en ese momento. Casi la mitad de los médicos y universidades de medicina de los EE. UU estaban practicando la medicina holística, utilizando el conocimiento de los nativos de Europa y americanos.
Rockefeller, el monopolista, tuvo que encontrar la manera de deshacerse de su mayor competencia. Así que usó la estrategia clásica de "solución-problema-reacción". Es decir, crear un problema y asustar a la gente, y luego ofrecer una solu­ción (planificada previamente). (Similar al miedo terrorista, seguido de la "Ley Patriota"). Fue a ver a su amigo Andrew Carnegie, otro plutócrata que hizo su dinero al monopolizar la industria del acero quien ideó un esquema.

Desde la prestigiosa Fundación Camegie, enviaron a un hombre llamado Abraham Flexner para que viajara por todo el país e informara a los estatus de los colegios médicos y hospitales de todo el país.
Esto conjujo al informe Flexner, que dio origen a la medicina moderna tal como la conocemos. No hace falta decir que el informe hablaba de la necesidad de modernizar y centralizar nuestras instituciones médicas. Sobre la base de ese informe, más de la mitad de todas las universidades de medicina se cerraron pronto.
La homeopatía y las medicinas naturales fueron burladas y demonizadas; Y los médicos incluso fueron encarcelados.

Para ayudar con la transición y cambiar las mentes de otros médicos y científi­cos, Rockefeller otorgó más de $ 100 millones a universidades y hospitales y fundó un grupo frontal filantrópico llamado "Junta General de Educación" (GEB). Este es el enfoque clásico del palo y la zanahoria.
En muy poco tiempo, todas las facultades de medicina se modernizaron y homogeneizaron. Todos los estudiantes estaban aprendiendo lo mismo, y la medicina consistía en usar medicamentos patentados.
Los científicos recibieron subvenciones enormes para estudiar cómo las plantas curaban las enfermedades, pero su objetivo era identificar primero qué sustan­cias químicas en la planta eran efectivas y luego recrear una sustancia química similar,pero no idéntica, en ellaboratorio que pudiera ser patentada.
En el satanismo militan también los directivos de la banca J.P. Margan y la familia más acaudalada de financieros,los Rothschild.

Ambición irrestricta de Letizia

Entre sus numerosos defectos y vicios en Letizia hay una pasión dominante: la ambición irrestricta. De ella han hablado, como su pasión dominante, todos los que han entrado en sus diversas etapas vitales. No es extraño que se dejara seducir por el diablo y le entregara su alma desde hace una década. Muchas familias reales lo han hecho porque ven en el demonio la supervivencia de su status y privilegios.
En la soterrada y dura lucha que se libra en los servicios secretos españoles, en el CNI, entre globalistas y patriotas, siendo los primeros fundamentalmente hom­ bres de despacho, dispuestos a medrar, y los segundos agentes de campo (los agentes K), de extracción militar, de la Guardia Civil, y de unidades de élite del Ejército, de las BOEL de la Legión, de la BRIPAC, y unidades de Infantería de Ma­rina, hombres para los que el honor y la dignidad todavia pesan, y que aportan los agentes de custodia de la reina consorte, empezaron a mostrar su íntimo ma­lestar por las frecuentes visitas de Letizia a cierta librería, de cuyo nombre no quiero acordarme, para estar a la última de literatura satánica, seguidores de Aleister Crowley.

Según ha publicado El Confidencial Digital, desde febrero de 1979, los escoltas de la Casa del Rey velan por la seguridad de sus integrantes: Felipe VI y su familia. El Servicio de Seguridad de La Zarzuela - que integra a la Guardia Real y a escoltas pertenecientes a las fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado - se creó con el fin de ser el máximo responsable de la seguridad inmediata de la familia real.
Esa seguridad próxima, mediante escoltas, que cuidan de su protección inme­ diata en actos y desplazamientos, corre a cargo de miembros de la Guardia Civil. Dentro de La Zarzuela, la Guardia Civil integra el grupo de apoyo (con especiali­ dad en motoristas), el grupo de escoltas (escalón próximo de seguridad inme­diata), y elgrupo de control y sistemas de seguridad.
Los escoltas del rey y su familia van a su lado vestidos de paisano, con traje oscuro y llevando aparatos de comunicación auricular que los mantiene comunicados al mando y entre ellos. Son objeto de una exigente selección y de un cuidadoso entrenamiento.
Tienen que ser miembros de la Guardia Civil jóvenes (el tope máximo de edad para ingresar es de 38 años), a los que se valora por nivel de idiomas, conocimien­ tos de informática, electrónica y cursos de especialización de la Guardia Civil, Fuerzas Armadas y civiles relacionados con el servicio a prestar: protección de personas, tiro, defensa personal, conducción, etc. Letizia ha dejado ver, en más de una ocasión, que no quiere a su lado agentes de la Guardia Civil.

La reina consorte ha comentado en más de una ocasión, y así le han escuchado en su entorno, que desearía que quienes le escolten sean personas de condición civil, no militar como es el caso de los miembros de la Guardia Civil, un cuerpo de naturaleza castrense. Sin embargo, sus exigencias de preparación son máximas. Es decir, que no puede ser el malestar de Letizia debido a deficiente preparación.
Letizia ha dado en más de una ocasión, muestras de distancia, y aun rechazo, hacia los miembros de la Guardia Civil que· se ocupan de la seguridad inmediata. Una situación que está generando tensión entre los escoltas. 
La reina visualiza un encontronazo con un escolta durante una visita a Sevilla. Cuando, al salir del coche oficial, se acercó a saludar al público que le aplaudía, tropezó con un escalón. Se dirigió al escolta con un tono tajante: "No me has avisado". El momento fue grabado en vídeo y se hizo viral, con lo que se registró un cierto debate público sobre las formas de la reina y cómo se enfrenta a según qué situaciones.
Otro momento conflictivo se produjo cuando los reyes acudieron en Madrid, junto a sus hijas la princesa Leonor y la infanta Sofía, a un concierto del violinista Ara Malikian. Una mujer les fotografió por la espalda y subió la imagen a las re­des sociales. Doña Letizia achacó este suceso a un fallo de seguridad cometido por un escolta, que fue apartado del servicio a petición suya. Según las fuentes consultadas, no se trata de hechos aislados, sino que son continuas las muestras de desagrado.
La llegada al trono de Felipe VI ha supuesto cambios en la forma de trabajar den­tro de La Zarzuela. Don Juan Carlos Doña Sofía dejaban margen a los funcionarios de palacio sin mayores injerencias. No ocurre así ahora, con Doña Letizia, que tiene obsesión por controlar hasta el más mínimo detalle que la rodea. Sin embargo, la razón fundamental es la filtración de sus visitas a esa librería donde ha ido adquiriendo libros satánicos, en un proceso de iniciación.

El papel decisivo de la bruja Marina Abramovic

Fue Marina Abramovic, la pretendida artista serbia del semen, los excrementos, los esqueletos y los vómitos que produce un presunto arte del averno llamado "perfomance", bruja satánica de mayor jerarquía, la que introdujo a Letizia en el culto satanista. Marina Abramovic fue premio príncipe de Asturias de las Artes de 2021. Fue la obscena puesta de largo de la bruja icónica, propuesta por Sheila Cremachi, directora del Hay Festival Segovia, para congraciar a su amiga Letizia Ortiz. Ya se conocían de la exposición que tuvo lugar en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, en la Calle de Alcalá, 42. Y posteriormente se han encontrado el 11de agosto de 2022 en Palma de Mallorca en la Atlántida Film Fest, con motivo de la entrega delpremio a la actriz Isabelle Happett.
Con la bruja Abramovic existe la noticia publicada por la cloaca máxima de Abe, quien el 23 de marzo de 2020, sigue la curiosa, pero recurrente, estrategia del globalismo de desmentir una absoluta verdad. Así afirma que las acusaciones de sa­ tanismo y "los ataques empezaron en 2016 y la artista ha llegado a sufrir diferentes intentos de boicoteó a sus exposiciones o simple presencia". 
Para ser una persona que alardea de satanismo este intento de ocultación es una forma ruin y ar­ tera de blanqueamiento infernal. Así son esta cloaca de medios del sistema: cuando desmienten hay que entender que confirman, en una transvaloración vergonzosa de la función periodística.


Aquí vemos a Marina Abramovic posando con el patriarca de los Rothschild, Jacob, ante el cuadro "satán convocando a sus legiones". ¿Alguna duda de su sata­nismo proclamado ufanamente a los cuatro vientos? Entonces, ¿a qué viene des­mentirlo, como hace la cloaca de Abc?
Resulta absolutamente penoso que la reina de España, Letizia Ortiz, monarquía un día católica, sea una satanista. Que Felipe de Borbón, rey de Jerusalén, entre Resulta absolutamente penoso que la reina de España, Letizia Ortiz, monarquía un día católica, sea una satanista. Que Felipe de Borbón, rey de Jerusalén, entre sus títulos, al que el pueblo describe con maestría como el Felpudo...

Letizia, satánica y adúltera, por Enrique de Diego. 1 parte.

 
Letizia, satánica y adúltera, por Enrique de Diego. Parte 2

 
Entrevista a Enrique de Diego, autor de 'La monarquía inútil' -13 enero 2011