EL Rincón de Yanka: febrero 2017

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martes, 28 de febrero de 2017

💕 BELLEZA OCULTA -INESPERADA- (COLATERAL BEAUTY)

Will Smith 

"Durante el rodaje de 'Belleza Oculta' 
descubrí que a mi padre le quedaban seis semanas"
TODOS ESTAMOS CONECTADOS
  • Amor, tiempo y muerte. Tres conceptos abstractos que conectan a todos los seres humanos del planeta, todo lo que codiciamos, todo lo que tememos no tener, todo aquello que acabamos comprando es porque todos nosotros anhelamos amor, deseamos tener más tiempo y tememos a la muerte. 
  • La vida son las personas.
  • Avanza, toma el timón en tu vida.
  • Tiempo... Dicen que lo curas todo, lo que no dicen es que destruyes todo lo bueno que hay en el mundo, que conviertes la belleza en cenizas... Para mi no eres más que madera petrificada, eres tejido muerto que no se descompone, no eres nada.
  • Nada está realmente muerto si deja un buen recuerdo.
  • Querida muerte, tienes tanto delito... porque un dolor tan grande infunde un miedo enorme.
  • Nadie puede elegir de quien ni como se enamora.
  • Busca la belleza colateral, está oculta.

MATEO ANDERSON
La película "Belleza oculta" (Collateral Beauty) está inspirada, según afirma el propio Smith en una entrevista, por cintas clásicas como Qué bello es vivir, por lo que no es de extrañar que nos llegue en estas fechas, y cuenta con un reparto de lujo con nombres como Hellen Mirren, Edward Norton, Keira Knightley o Kate Winslet. 

¿Cómo ve a Howard, su personaje? 
Como alguien que de entrada parece tener toda su vida solucionada y bajo control, pero que tras sufrir una pérdida tiene que volver a encontrarse hasta el punto de redescubrir si es posible que haya alegría de nuevo en su existencia. Ese viaje personal suyo me interesaba mucho y me afectó de manera especial. 

¿Por qué? 
Porque en medio del rodaje descubrí que mi padre tenía cáncer y que sólo le quedaban unas seis semanas de vida. Así que mientras intentaba entender lo que Howard sentía al sufrir su pérdida, también yo estaba sufriendo en la vida real la pérdida de mi padre. Fue una experiencia especial, donde pude compartir lo que estaba aprendiendo acerca de Howard con mi propio padre. Y en consecuencia ese aprendizaje y el dolor que sufrí me han cambiado para siempre, porque no hay nada más difícil para un ser humano que lidiar con la muerte de un ser querido. A medida que maduro y vivo más experiencias soy capaz de conectar con emociones humanas más complejas 

¿Qué descubrirá Howard durante ese viaje personal y doloroso? 
Howard pensaba que igual podría racionalizar las cosas e idear una manera de salir adelante; pero descubrirá que tiene primero que vivir ese dolor y sufrirlo, y ahí es cuando conocerá la belleza oculta a la que hace referencia el título de la película. 

¿Recuerda alguna experiencia vital especialmente significativa? 
Muchas, y todas tienen que ver con el amor. Soy un romántico empedernido, pero si tengo que recordar un momento especialmente significativo probablemente sería cuando nació mi hija Willow y la senté junto a mi mujer Jada. Estar junto a las dos me hizo sentir más lleno que nunca antes. Jamás he vivido una experiencia tan pura ni con más amor que ésa, ni he sido tan feliz. 

¿Cómo diría que está evolucionando su carrera artística y usted como persona? 
Las dos cosas van unidas, ya que a medida que maduro y vivo más experiencias soy capaz de conectar con emociones humanas más complejas. Y como artista tengo que aceptar el hecho de que yo soy mi herramienta de trabajo, por lo que mi vida es mi pozo. Por ejemplo, mi hija acaba de cumplir 16 años y el otro día vi como salía de casa y se metía en su propio coche. Eso significa que puedo interpretar a un padre que entiende lo que eso significa. Llevo bajo los focos de la fama 30 años, y he cambiado bastante desde mis años de El Príncipe de Bel Air, por lo que ahora soy capaz de tomar riesgos y buscar nuevas experiencias artísticas. 
💕

"Lo más entrañable de lo vivido 

no ha sido ni pronunciado ni efectuado. 

Tan solo el encuentro efervescente 

en la alba mirada implícita de complicidad". 



Yanka


"Hay cada vez más infelices que dejan de "VER" 
los reflejos infinitos de comunión de la "VIDA", 
para encerrarse sólo en el ensimismado mirarse 
al espejo de su propio vacío".



Yanka






LA NUEVA CLASE. ANÁLISIS DEL RÉGIMEN COMUNISTA Y Cómo el espectro del comunismo rige nuestro mundo 😈💥

"La nueva clase. 
Análisis del régimen comunista" 
de Djilas, Milovan

Este es un libro sobre el comunismo, escrito por un hombre que hasta hace muy poco tiempo era uno de sus héroes. Ejemplifica y expresa la angustiada desilusión de los intelectuales de la órbita soviética, que sostienen la necesidad de una urgente y amplia democratización. Documento político, uno de los más importantes de nuestra época, no tiene ninguna semejanza con la propaganda anticomunista corriente. Es un manifiesto teórico, que expone una serie de causas y efectos, y trata de demostrar, con claridad y sencillez, que el comunismo siguió el único camino posible, y que no puede, en ninguna circunstancia, realizar sus fines socialistas. 
El comunismo, afirma Djilas, es víctima de sus propias contradicciones: una teoría utópica, y una realidad cruel; un paraíso teórico, y un Estado donde impera la esclavitud; una clase gobernante privilegiada que se devora a sí misma, y un pueblo que vive sumido en la pobreza moral y material. 
El lector admirará la integridad moral de este libro y su apasionada defensa de aspiraciones e ideales. Djilas no es nunca agresivo: lucha seriamente por la verdad; acusa y denuncia rehuyendo las argumentaciones fáciles, las pruebas brillantes, las expresiones meramente negativas, y afirmando, por encima de todo, el valor de la libertad y de la dignidad humana.

PRÓLOGO

A todo esto se lo podría llamar de una manera diferente: historia de una revolución contemporánea, la expresión de una serie de opiniones, o la confesión de un revolucionario. Un poco de cada una de esas cosas se puede encontrar en este documento.Pero aunque se trate de una síntesis inadecuada de historia, opiniones y recuerdos, refleja mi esfuerzo para ofrecer un cuadro, todo lo completo y breve que es posible, del comunismo contemporáneo. Quizá se pierdan algunos aspectos especiales o técnicos, pero confío en que eso contribuirá a que el cuadro general sea mucho más sencillo y completo.He procurado apartarme de mis problemas personales no sometiéndome a ellos. Mis circunstancias son, en el mejor caso, inciertas y en consecuencia me veo obligado a exponer apresuradamente mis observaciones y experiencias; un examen más detallado de mi situación personal podría complementar algún día, y quizá inclusive cambiar, algunas de mis conclusiones.No puedo descubrir todas las dimensiones del conflicto por el que atraviesa dolorosamente nuestro mundo contemporáneo. Tampoco pretendo estar enterado de lo que sucede fuera del mundo comunista, en el que he tenido la fortuna o la desgracia de vivir. Cuando hablo de un mundo exterior al mío lo único que hago es poner a mi propio mundo en perspectiva para hacer más clara su realidad. 

Casi todo lo que contiene este libro se ha dicho en otras partes y de un modo distinto. Quizá se encuentren en él un sabor, un color y un estado de ánimo nuevos, y algunas ideas también nuevas. Las experiencias de cada hombre son únicas y merecen ser comunicadas a sus semejantes. El lector no debe buscar en este libro una filosofía social ni de ninguna otra clase, ni siquiera cuando hago afirmaciones de carácter general. Mi propósito ha sido presentar un cuadro del mundo comunista, pero no hacer filosofía acerca de él por medio de generalizaciones, aunque a veces no he podido evitar la generalización. El método de la observación objetiva me parecía el más adecuado para presentar mi material. Habría podido reforzar mis premisas y probar mis conclusiones mediante citas,estadísticas y relatos de acontecimientos, pero para ser todo lo sencillo y conciso posible he expuesto, en cambio, mis observaciones mediante el razonamiento y la deducción lógica, reduciendo al mínimo las citas y las estadísticas. 

Creo que mi método es adecuado en lo que respecta a mi situación personal y a mi manera de trabajar y de pensar.Durante mi vida adulta he recorrido todo el camino abierto a un comunista, desde el más bajo hasta el más alto de los peldaños de la escala jerárquica, desde el foro local hasta el internacional y desde la formación del verdadero Partido Comunista y la organización de la revolución hasta el establecimiento de la llamada sociedad socialista. Nadie me obligó a aceptar ni a rechazar el comunismo. 

Tomé mi decisión de acuerdo con mis convicciones, libremente, en la medida en que puede ser libre un hombre. Aunque sufrí una desilusión,no soy uno de aquellos cuya desilusión ha sido aguda y extrema. Me fui apartando poco a poco y conscientemente, trazándome el cuadro y sacando las conclusiones que expongo en este libro. Y a medida que me aparto cada vez más de la realidad del comunismo contemporáneo me voy acercando a la idea del socialismo democrático. Esta evolución personal se refleja también en este libro, aunque su propósito principal no es el de seguir las huellas de esa evolución. Considero superfluo criticar al comunismo como idea. Las ideas de igualdad y fraternidad entre los hombres, que han existido en diversas formas desde el comienzo de la sociedad humana —y que el comunismo contemporáneo acepta verbalmente— son principios a los que aspirarán siempre quienes luchan por el progreso y la libertad. 

Criticar esas ideas fundamentales sería tan erróneo como inútil y tonto. El esfuerzo por realizarlas forma parte de la sociedad humana.No me he dedicado a una crítica minuciosa de la teoría comunista, aunque esa crítica es necesaria y útil. He concentrado mi trabajo en la descripción del comunismo contemporáneo y tocado la teoría sólo cuando era necesario. Es imposible exponer todas mis observaciones y experiencias en una obra tan breve como ésta. He enunciado sólo las más esenciales y apelado a las generalizaciones sólo cuando eran inevitables. 

Este relato puede parecer extraño a quienes viven en el mundo no comunista, pero no puede parecer inusitado a quienes viven en el comunista. No pretendo un mérito o una distinción exclusivos por el cuadro que presento de ese mundo ni por las ideas que expongo a su respecto. Son sencillamente el cuadro y las ideas del mundo en que vivo. Soy un producto de ese mundo, he contribuido a crearlo y ahora soy uno de sus críticos. Sólo en la apariencia es esto inconsecuente. He luchado en el pasado, y sigo luchando, por un mundo mejor. Esa lucha puede no producir los resultados deseados. Sin embargo, la lógica de mi acción está contenida en la duración y la continuidad de esa lucha.

A pesar de que los regímenes comunistas de Europa del Este se desintegraron, el espectro perverso del comunismo no ha desaparecido. Por el contrario, este espectro perverso rige nuestro mundo y la humanidad no debe albergar un optimismo errado. El comunismo no es una tendencia de pensamiento, ni una doctrina, ni un intento fracasado de ser una nueva forma de ordenar los asuntos humanos. En cambio, debería ser entendido como un demonio –un espectro perverso forjado por el odio, la degeneración y otras fuerzas elementales del universo. Tomó la forma de una serpiente, luego la de un dragón rojo, está en compañía de Satán, que odia a Dios, y explota a seres vivos y demonios de bajo nivel para sembrar el caos en la humanidad. 

El objetivo del espectro es arruinar a la humanidad, y mientras los dioses ofrecen salvación a los seres humanos, el comunismo le dice al hombre que no lo crea, ataca la moralidad humana para que renuncie a la tradición y causa que el hombre no acate la enseñanza de Dios a fin de que, en última instancia, sea destruido. El perverso espectro comunista, con sus incontables mutaciones, está lleno de astucia. A veces usa la matanza y la violencia para amenazar a quienes se rehúsan a seguirlo; otras veces recurre al lenguaje de la “ciencia” y el “progreso”, ofreciendo un maravilloso proyecto de futuro con la intención de engañar a los seguidores. A veces se presenta como un profundo campo de aprendizaje y hace que la gente crea que es la dirección futura de la humanidad; otras veces utiliza los eslóganes de “democracia”, “igualdad” y “justicia social” para infiltrar el área de la educación, los medios de comunicación, el arte y el derecho, metiendo a la gente bajo su bandera sin que siquiera lo sepan. 

Además, otras veces, se llama a sí mismo “socialismo”, “progresismo”, “liberalismo”, “neomarxismo” y otros términos de izquierda. A veces sostiene banderas aparentemente rectas, tales como el pacifismo, el ambientalismo, el globalismo y la corrección política; otras veces, apoya el arte de vanguardia, la liberación sexual, la legalización de las drogas, la homosexualidad y otras indulgencias de los deseos humanos, dando la falsa impresión de que es parte de una tendencia popular. El extremismo y la violencia no son sus únicas expresiones –a veces simula preocuparse por el bienestar de la sociedad. No obstante, su propósito de raíz es destruir, por cualquier medio necesario, todo lo tradicional –sea la fe, la religión, la moral, la cultura, la institución de la familia, el arte, la pedagogía, el derecho–, lo que sea necesario para que el hombre caiga en un abismo moral y sea condenado. 



COMO EL ESPECTRO C. RIGE EL... by Karina Flores Rezpka 


lunes, 27 de febrero de 2017

💩 NUESTRO MUNDO SE VA DEFINITIVAMENTE POR EL RETRETE (POCETA)


💩Nuestro mundo se va 
definitivamente por el retrete
💩
Cuando me encargaba de la sección de opinión de este magno periódico digital, una de las tareas que más odiaba y amaba al mismo tiempo era la edición de los artículos de Mark Steyn.
Steyn es uno de los sujetos más intraducibles que te puedas encontrar, por su afición a los juegos de palabras y a acuñar neologismos. ¿Se imaginan a un pobre yanqui tratando de traducir palabros de Federico como prevarigalupar? Pues eso. Eso sí, el esfuerzo siempre merecía la pena.

Y es que Steyn tiene un don: es capaz de contarte, bien armado de estadísticas y argumentos, que nos estamos yendo al garete, convencerte y al mismo tiempo hacerte reír a carcajada limpia.

En su anterior gran ensayo, America Alone, nos informaba a los europeos de que... bueno... en fin... que estamos acabados, vamos. No tenemos suficientes hijos, y los inmigrantes musulmanes tienen muchos, así que en unas décadas nos convertiremos en Eurabia, salvo que en el entretanto nos dé un ataque de cordura colectiva, algo que Steyn no ve demasiado probable. Pues a pesar de tan negro panorama, las carcajadas al leer su digresión sobre la libertad y el queso francés no nos las quitaba nadie.

En su nuevo libro, publicado cinco años después, es si cabe más pesimista, pues –pertrechado de buenos ejemplos– advierte que no ha cambiado nada que afecte a su predicción... y encima Estados Unidos, uno de los pocos motivos para la esperanza de Occidente, va y elige a Obama el Europeizador. Lo importante aquí ya no es la demografía, eje del primer volumen del apocalipsis según Steyn, sino la economía, o mejor dicho, las consecuencias morales de cómo se está gestionando la economía.
After America se centra en la decadencia cultural de Occidente, propiciada por décadas de glorificación de la política, con su supuesta capacidad para arreglarnos la vida y salvarnos de todo mal. El gran problema de Occidente no es que no tenga capacidad para enfrentarse a las amenazas, interiores y exteriores, sino que no tiene voluntad de hacerlo. Falta de voluntad, en muchos casos, nacida, crecida y multiplicada al calor del Estado del Bienestar. Steyn no hace prisioneros, y dedica el grueso de la obra a destruir una por una las más queridas convenciones socialdemócratas mediante el examen de lo que nunca quieren los socialdemócratas que analicemos: sus resultados, no sus supuestas intenciones.
En los próximos años la humanidad vivirá en un entorno de bajo crecimiento económico y enfrentará retos importantes que provendrán de desempleo estructuralmente alto y creciente desigualdad. Lejos de lo que las izquierdas y populistas pregonan, ésta proviene de profundos cambios generados por la revolución tecnológica, y por la fundamental transformación de la cadena de abasto industrial; cambios que están aquí para quedarse. Cuando Estados Unidos celebra que la tasa de desempleo bajó a 5.9 por ciento, es una bendición a medias, pues sólo 62.7 por ciento de los adultos en edad de trabajar participan en el mercado laboral, el menor porcentaje en 36 años. Muchos trabajadores estarán permanentemente desempleados en todas las economías, por razones que ameritan un análisis aparte.
Para Steyn, lo peor del Estado del Bienestar no es que desperdicie el dinero, que lo hace, sino que desperdicia a las personas. Ese es quizá el mensaje principal, que debería recibir el interés de los conservadores casi más que de los liberales, de un libro repleto de sentido del humor... pero que ofrece muy poca esperanza. Obama pasará, pero lo que Obama representa viene de antes. En determinadas zonas de Estados Unidos ya es ilegal que los niños vendan limonada –o las abuelas sus dulces– para recaudar fondos para la escuela o la iglesia, costumbre más americana que la tarta de manzana, que tampoco se puede cocinar para otros si no se cumple previamente una larga y cara serie de requisitos legales. No deja de ser un síntoma, un símbolo. Pero deja traslucir terribles consecuencias: si no puedes hacer lo que ha hecho todo el mundo desde hace décadas, algo que se considera una tradición que forma parte del ser mismo de la nación, ¿durante cuánto tiempo seguirá siendo EEUU el paraíso de los emprendedores?

El problema de Steyn es que, siendo uno de los mejores columnistas que se pueden leer en inglés, pierde algo de fuelle en las distancias largas. Su tesis es clara, pero en lugar de ganar peso con los centenares de ejemplos que encuentra entre las noticias, como sucedía con las mejores obras de Jean-François Revel, termina por cansar y confundir. Eso no quita para que cada uno de los apartados se lea por separado con tanto interés como cualquiera de sus columnas. Al margen de que, desgraciadamente, tiene más razón que un santo, si es que todavía está permitido hacer una referencia religiosa en una reseña.

Si Estados Unidos no da marcha atrás en la deriva intervencionista que ha emprendido, empezará a volcarse en mantener un Estado socialdemócrata –lo que sucederá de todas todas si los republicanos no echan abajo el Obamacare tras las elecciones de 2012– y dejará de tener un Ejército de alcance global. Dejará de ser la superpotencia, en definitiva, y después de décadas de denigrar la hegemonía yanqui pasaremos a vivir en un mundo casi desconocido desde que el Imperio Británico empezará a expandirse y, de paso, aboliera la esclavitud: uno en que el país más importante no será anglosajón. Steyn cree que cuando eso suceda nos lamentaremos. Pero ya será tarde para rectificar.

Al igual que America Alone terminaba con un programa para el fomento de la reforma del islam que debería seguir Occidente a fin de que Europa no quede subsumida en el mundo musulmán, After America concluye –después de una descripción de cómo será el planeta si seguimos ese camino de autodestrucción– con una guía que permitiría a Estados Unidos volver a la senda correcta: descentralización, privatización, desregulación, eliminación de monopolios y licencias, renuncia a las dádivas inherentes al estatismo... "La dignidad humana está estrechamente ligada a la responsabilidad para con nuestros propios asuntos", cita Steyn del historiador y politólogo Paul Rahe.

Nos hemos creído que lo que pagamos con nuestros impuestos es un derecho, y que la vida consiste en elegir cuidadosamente el modelo de televisor y dejar que sobre nuestra salud y sobre la educación de nuestros hijos decidan Zapatero o Esperanza Aguirre. Como no podía ser de otra manera, nos hemos convertido en una sociedad de consumistas irresponsables. En España lo podemos ver en los indignados, irresponsables en las formas –ocupan para ellos la calle de todos– e irresponsables en el fondo: piden aún más control sobre la sociedad para unos políticos que, encima, "no nos representan".

Todo indica que todo irá a peor: esa es la advertencia de Mark Steyn. Pero si algo deberíamos saber es que las predicciones que actúan suponiendo que nada importante cambiará son las únicas que podemos dar por seguro no se cumplirán. Así que nada será como After America dice que será. Todo podría ser incluso peor.

MARK STEYN: AFTER AMERICA. Regnery (Washington DC), 2011, 400 páginas.


domingo, 26 de febrero de 2017

BIOGRAFÍA DEL SILENCIO: PABLO d´ORS


PABLO d´ORS.

«Sin el silencio no hay Dios»

«La atención es la virtud por excelencia. Por eso el silencio es el gran desafío»

MEDITACIÓN: ES HACER SILENCIO INTERIOR Y EXTERIOR. NO ES REFLEXIÓN. ES PEREGRINAR A NUESTRO CENTRO. PARA AMAR HAY QUE ESTAR ATENTO. ES PERCEPCIÓN.
Basta un año de meditación perseverante, o incluso medio, para percatarse de que se puede vivir de otra forma. La meditación nos concentra, nos devuelve a casa, nos enseña a convivir con nuestro ser, nos agrieta la estructura de nuestra personalidad hasta que, de tanto meditar, la grieta se ensancha y la vieja personalidad se rompe y, como una flor, comienza a nacer una nueva. Meditar es asistir a este fascinante y tremendo proceso de muerte y renacimiento. Gracias a la meditación el autor ha ido descubriendo que no hay yo y mundo, sino que mundo y yo son una misma y única cosa.
"El deseo de luz produce luz. Hay verdadero deseo cuando hay esfuerzo de atención. Es realmente la luz lo que se desea cuando cualquier otro móvil está ausente. Aunque los esfuerzos de atención fuesen durante años aparentemente estériles, un día, una luz exactamente proporcional a esos esfuerzos inundará el alma. Cada esfuerzo añade un poco más de oro a un tesoro que nada en el mundo puede sustraer". Simone Weil
1
Comencé a sentarme a meditar en silencio y quietud por mi cuenta y riesgo, sin nadie que me diera algunas nociones básicas o que me acompañara en el proceso. La simplicidad del método —sentarse, respirar, acallar los pensamientos…— y, sobre todo, la simplicidad de su pretensión — reconciliar al hombre con lo que es— me sedujeron desde el principio. Como soy de temperamento tenaz, me he mantenido fiel durante varios años a esta disciplina de, sencillamente, sentarse y recogerse; y enseguida comprendí que se trataba de aceptar con buen talante lo que viniera, fuera lo que fuese. 

Durante los primeros meses meditaba mal, muy mal; tener la espalda recta y las rodillas dobladas no me resultaba nada fácil y, por si esto fuera poco, respiraba con cierta agitación. Me daba perfecta cuenta de que eso de sentarse sin hacer nada más era algo tan ajeno a mi formación y experiencia como, por contradictorio que parezca, connatural a lo que en el fondo yo era. Sin embargo, había algo muy poderoso que tiraba de mí: la intuición de que el camino de la meditación silenciosa me conduciría al encuentro conmigo mismo tanto o más que la literatura, a la que siempre he sido muy aficionado. 

Para bien o para mal, desde mi más temprana adolescencia he sido alguien muy interesado en profundizar en mi propia identidad. Por eso he sido un ávido lector. Por eso cursé Filosofía y Teología en mi juventud. El peligro de una inclinación de este género es, por supuesto, el egocentrismo; pero gracias al sentarse, respirar y nada más, comencé a percatarme de que esta tendencia podía erradicarse no ya por la vía de la lucha y la renuncia, como se me había enseñado en la tradición cristiana, a la que pertenezco, sino por la del ridículo y la extenuación. Porque todo egocentrismo, también el mío, llevado a su extremo más radical, muestra su ridiculez e inviabilidad. De pronto, gracias a la meditación, incluso el narcisismo mostraba un lado positivo: gracias a él, podía perseverar yo en la práctica del silencio y de la quietud. Y es que hasta para el progreso espiritual es preciso tener una buena imagen de sí mismo.

2
Durante el primer año, estuve muy inquieto cuando me sentaba a meditar: me dolían las dorsales, el pecho, las piernas… A decir verdad, me dolía casi todo. Pronto me di cuenta, sin embargo, de que prácticamente no había un instante en que no me doliera alguna parte del cuerpo; era solo que cuando me sentaba a meditar me hacía consciente de ese dolor. Tomé entonces el hábito de formularme algunas preguntas tales como: ¿qué me duele?, ¿cómo me duele? Y, mientras me preguntaba esto e intentaba responderme, lo cierto era que el dolor desaparecía o, sencillamente, cambiaba de lugar. No tardé en extraer de esto una conclusión: la pura observación es transformadora; como diría Simone Weil –a quien empecé a leer en aquella época–, no hay arma más eficaz que la atención. 

La inquietud mental, que fue lo que percibí justo después de las molestias físicas, no fue para mí  una batalla menor o un obstáculo más soportable. Al contrario: un aburrimiento infinito me acechaba en muchas de mis sentadas, como empecé entonces a llamarlas. Me atormentaba quedar atrapado en alguna idea obsesiva, que no acertaba a erradicar; o en algún recuerdo desagradable, que persistía en presentarse precisamente durante la meditación. Yo respiraba armónicamente, pero mi mente era bombardeada con algún deseo incumplido, con la culpa ante alguno de mis múltiples fallos o con mis recurrentes miedos, que solían presentarse cada vez con nuevos disfraces. De todo esto huía yo con bastante torpeza: 
acortando los períodos de meditación, por ejemplo, o rascándome compulsivamente el cuello o la nariz –donde con frecuencia se concentraba un irritante picor–; también imaginando escenas que podrían haber sucedido –pues soy muy fantasioso–, componiendo frases para textos futuros –dado que soy escritor–, elaborando listas de tareas pendientes; recordando episodios de la jornada; ensoñando el día de mañana… ¿Debo continuar? Comprobé que quedarse en silencio con uno mismo es mucho más difícil de lo que, antes de intentarlo, había sospechado. No tardé en extraer de aquí una nueva conclusión: 
para mí resultaba casi insoportable estar conmigo mismo, motivo por el que escapaba permanentemente de mí. Este dictamen me llevó a la certeza de que, por amplios y rigurosos que hubieran sido los análisis que yo había hecho de mi conciencia durante mi década de formación universitaria, esa conciencia mía seguía siendo, después de todo, un territorio poco frecuentado. 

La sensación era la de quien revuelve en el lodo. Tenía que pasar algún tiempo hasta que el barro se fuera posando y el agua empezase a estar más clara. Pero soy voluntarioso, como ya he dicho y, con el paso de los meses, supe que cuando el agua se aclara, empieza a poblarse de plantas y peces. Supe también, con más tiempo y determinación aún, que esa flora y fauna interiores se enriquecen cuanto más se observan. Y ahora, cuando escribo este testimonio, estoy maravillado de cómo podía haber tanto fango donde ahora descubro una vida tan variada y exuberante.

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Hasta que decidí practicar la meditación con todo el rigor del que fuera capaz había tenido tantas experiencias a lo largo de mi vida que había llegado a un punto en que, sin temor a exagerar, puedo decir que no sabía bien ni quién era: había viajado a muchos países; había leído miles de libros; tenía una agenda con muchísimos contactos y me había enamorado de más mujeres de las que podía recordar. Como muchos de mis contemporáneos, estaba convencido de que cuantas más experiencias tuviera y cuanto más intensas y fulgurantes fueran, más pronto y mejor llegaría a ser una persona en plenitud. Hoy sé que no es así: 
la cantidad de experiencias y su intensidad solo sirve para aturdirnos. Vivir demasiadas experiencias suele ser perjudicial. No creo que el hombre esté hecho para la cantidad, sino para la calidad. Las experiencias, si vive uno para coleccionarlas, nos zarandean, nos ofrecen horizontes utópicos, nos emborrachan y confunden… Ahora diría incluso que cualquier experiencia, aun la de apariencia más inocente, suele ser demasiado vertiginosa para el alma humana, que solo se alimenta si el ritmo de lo que se la brinda es pausado. 

Gracias a esa iniciación a la realidad que he descubierto con la meditación, supe que los peces de colores que hay en el fondo de ese océano que es la conciencia, esa flora y fauna interiores a las que me he referido un poco más arriba, solo pueden distinguirse cuando el mar está en calma, y no durante el oleaje y la tempestad de las experiencias. Y supe también que, cuando ese mar está en una calma aún mayor, ya no se distinguen ni los peces, sino solo el agua, el agua sin más. Pero a los seres humanos no suele bastarnos con los peces, y mucho menos simplemente con el agua; preferimos las olas: nos dan la impresión de vida, cuando lo cierto es que no son vida, sino solo vivacidad. 

Hoy sé que conviene dejar de tener experiencias, sean del género que sean, y limitarse a vivir: dejar que la vida se exprese tal cual es, y no llenarla con los artificios de nuestros viajes o lecturas, relaciones o pasiones, espectáculos, entretenimientos, búsquedas… Todas nuestras experiencias suelen competir con la vida y logran, casi siempre, desplazarla e incluso anularla. La verdadera vida está detrás de lo que nosotros llamamos vida. No viajar, no leer, no hablar…: todo eso es mejor que su contrario para el descubrimiento de la luz y de la paz. 

Claro que para vislumbrar algo de todo esto que tan rápidamente se escribe y tan lentamente se llega a aprender tuve que familiarizarme con mis sensaciones corporales y, lo que es todavía más arduo, clasificar mis pensamientos y sentimientos, mis emociones. Porque es fácil decir que uno tiene distracciones, pero muy difícil, en cambio, saber qué clase de distracciones son las que padece. Tardé más de un año en empezar a poner nombre a lo que aparecía y desaparecía de mi mente cuando me sentaba a meditar. Hasta ese momento había sido un espectador, sí, pero poco atento. Al término de una sentada poco podía decir de lo que realmente me había sucedido en ella. 

Estar atento a las propias distracciones es mucho más complicado de lo que uno se imagina. En primer lugar porque las distracciones, por su propia naturaleza, esquiva y nebulosa, no son fácilmente aprehensibles; pero también porque al intentar retenerlas para memorizarlas y poder dar luego cuenta de ellas, acaba uno distrayéndose con esa nueva ocupación. Pese a todo, pude reconocer y nombrar buena parte de mis distracciones y, gracias a esta tipología, necesariamente aproximativa, pude saber, con bastante precisión, a qué nivel había llegado en mi práctica de meditación después de un año y medio de asidua perseverancia. 



sábado, 25 de febrero de 2017

💣 EL DOCUMENTAL FRANCÉS SOBRE EL ATENTADO DEL #11M 💥


💣El documental francés 
sobre el atentado del #11M💥


Ayer publicamos en Libertad Digital la versión en castellano del documental que el cineasta francés Cyrille Martin ha realizado sobre el 11-M, y en el que, de forma demoledora, destroza la versión oficial de la masacre. Cyrille Martin hace un repaso de lo que fueron la investigación policial, la instrucción judicial y el juicio, y va demoliendo una a una todas las pruebas del caso, basándose en los propios documentos judiciales y en las declaraciones de los testigos.



Quizá a muchos de ustedes les suene este documental, porque saltó a los medios hace meses, cuando Ignacio Escolar publicó y luego censuró en su medio de comunicación una entrevista con el autor del documental. Con su habitual "estilo", el medio dirigido por Ignacio Escolar publicó la entrevista, y al darse cuenta unas horas después de que no encajaba con la línea que ha venido manteniendo respecto al 11-M, la eliminó y la sustituyó por una descalificación del entrevistado.


Es importante resaltar que Cyrille Martin es un hombre de izquierda, y que el documental ha sido distribuido en Francia a través de una productora de tendencia anticapitalista. Perderían, por tanto, su tiempo quienes quieran recurrir a las tonterías habituales para descalificar al autor o al documental. Con la frialdad y objetividad que da la distancia, Cyrille Martin examina una a una las pruebas, las declaraciones de los testigos, los informes policiales, y termina concluyendo que toda la versión oficial del 11-M no es más que una inmensa cortina de humo, una gigantesca farsa, con la que se estaría encubriendo una operación de terrorismo de estado.

El documental está (salvo algunos errores menores en la traducción de los subtítulos) excelentemente hecho. Los gráficos so extraordinarios y ayudan al espectador a seguir con facilidad la lógica de las pruebas y de las falsificaciones. Y la conclusión inevitable, para cualquiera que contemple la enorme catarata de pruebas manipuladas, es que no hay un solo aspecto de la versión oficial del 11-M que se sostenga.

Y eso que Cyrille Martin ha dejado fuera episodios realmente dantescos, como:
  • Que desaparecieran las actas de recogida de muestras de los trenes.
  • Que se incineraran en el vertedero de Valdemingómez centenares de efectos procedentes de los trenes, muchos de los cuales podían perfectamente haber servido para determinar el explosivo utilizado en la masacre.
  • Que el gobierno español permitiera que los chatarreros terminaran llevándose a trozos el único vagón que se salvó del desguace, encontrado por Libertad Digital años después de la masacre.
  • Que se detuviera el 13-M a dos hindúes como supuestos implicados en la trama islamista.
  • Que la Policía ocultara al juez los registros informáticos del gimnasio donde Jamal Zougham estuvo la noche anterior a los atentados.
  • Que Jamal Zougham careciera de todo tipo de antecedente y fuera incluido en la lista de sospechosos habituales tres años antes de la masacre, por una sospechosísima serie de errores judiciales que tenían que ver con el número de teléfono de su madre.
  • Que los supuestos suicidas de Leganés esperaran disciplinadamente durante horas a que se desalojara a los vecinos de todos los bloques de viviendas colindantes, antes de hacer estallar el piso coincidiendo con el telediario.
  • Que Marruecos recibiera de las autoridades españolas la petición de traducir las supuestas llamadas de despedida de los supuestos suicidas de Leganés cuatro horas antes de que esas llamadas se produjeran.
  • Que se impidiera durante horas a la Policía Judicial el acceso a los cadáveres de los presuntos suicidas de Leganés, a pesar incluso de las órdenes de la juez Teresa Palacios.
  • Que en el desescombro del piso de Leganés aparecieran mezclados (y milagrosamente intactos) libros suníes y chiítas.
  • Que la supuesta carta de despedida de uno de los supuestos suicidas de Leganés estuviera escrita en árabe, pero firmada en caracteres latinos.
  • Que el único sospechoso que supuestamente huyo a la carrera del piso de Leganés, fuera absuelto en el juicio del 11-M.
  • Que el tribunal del 11-M se negara a que se examinaran las pruebas relativas a la posible implicación de los presuntos suicidas de Leganés en los atentados, de modo que los herederos legales de los presuntos suicidas no han tenido que indemnizar a las víctimas, porque no se ha determinado judicialmente la implicación de sus familiares en la masacre.
  • Que de todos los sospechosos detenidos por el 11-M, los únicos que tuvieran relación con Al Qaeda eran los dueños de la casa de Morata de Tajuña donde nos dicen que se montaron las bombas, y justo a esos no se les imputó nada y no fueron procesados ni enjuiciados.
  • Que apareciera milagrosamente vivo un presunto implicado en la masacre al que previamente los medios defensores de la versión oficial habían presentado como suicidado en Irak.
  • Que Marruecos se haya negado sistemáticamente a enviar ningún tipo de documentación oficial que avale, no ya la implicación, sino incluso la identidad de los supuestos suicidas de Leganés.
El documental de Cyrille Martin tiene un efecto principal, más allá de demoler la versión oficial de los atentados: nos permite comprobar cómo se ve el 11-M desde fuera de España, y en especial cómo se ve desde la perspectiva de la izquierda militante.
Y no salen muy bien parados, tras este ejercicio, ni nuestros medios de comunicación españoles, ni nuestra izquierda patria. Porque la versión oficial del 11-M es tan inverosímil, son tan burdas y evidentes las manipulaciones de pruebas, son tan groseras las falsificaciones, que cualquier que se acerca al tema con un mínimo de objetividad sale escandalizado. Y no puede sino preguntarse cómo es posible que semejante engendro hay podido colar.



Un nuevo Dreyfus recoge lo ya investigado, resumido y explicado en innumerables ocasiones por Del Pino y Múgica. La valiosa novedad es que lo haga.

           Un nuevo Dreyfus, Jamal Zougam ¿chivo expiatorio del 11-M? from Cyrille Martin on Vimeo.




Editorial de Luis del Pino: "El documental francés sobre el atentado del 11-M



VER+:

🙈🙉🙊
¿Por qué los principales medios españoles silencian el excelente documental sobre el 11-M del cineasta francés Cyrille Martin?
Sobre el atentado terrorista que cambió el destino de España los medios españoles prefieren no saber nada, ni siquiera cuando el interés despertado en otros países concluye en un excelente documental como este de Cyrille Martin. Un documento que, además de su calidad técnica y sus indudables virtudes artísticas , ha servido para poner de manifiesto este silencio mediático atronador decretado sobre la mayor masacre terrorista perpetrada en suelo europeo.

📖 CRITERIOS PARA UNA INTERPRETACIÓN DE LA BIBLIA CONFORME AL ESPÍRITU QUE LA INSPIRÓ


📖

LEE SI QUIERES.
PIENSA SI SABES.
COMPRENDE SI PUEDES...

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No interpretamos La Biblia, 
es ella la que nos interpreta. 
Somos los personajes coprotagonistas de su obra. 
Es una carta cuyo destinatario eres tú. 

Yanka

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La Sagrada Escritura debe ser leída y proclamada 
como fue escrita:
bajo la inspiración del Espíritu Santo
Yanka
Es necesario, por consiguiente, que toda la predicación eclesiástica, como la misma religión cristiana, se nutra de la Sagrada Escritura, y se rija por ella. Porque en los sagrados libros el Padre que está en los cielos se dirige con amor a sus hijos y habla con ellos; y es tanta la eficacia que radica en la palabra de Dios, que es, en verdad, apoyo y vigor de la Iglesia, y fortaleza de la fe para sus hijos, alimento del alma, fuente pura y perenne de la vida espiritual. Muy a propósito se aplican a la Sagrada Escritura estas palabras: "Pues la palabra de Dios es viva y eficaz", "que puede edificar y dar la herencia a todos los que han sido santificados". DEI VERBUM, 21
"Dado que la Sagrada Escritura es inspirada, hay otro principio de la recta interpretación, no menos importante que el precedente, y sin el cual la Escritura sería letra muerta": «La Escritura se ha de leer e interpretar con el mismo Espíritu con que fue escrita». (DV 12,3)  

«Yo Soy como un canal salido de un río,
como un arroyo que lleva al paraíso.
Dije: Voy a regar mi jardín,
voy a regar mis flores.
Mi canal se convirtió en río
y el río en mar.

Haré brillar como la aurora la instrucción,
llevaré su luz lo más lejos que pueda.
Derramaré la enseñanza como la profecía
y la transmitiré a las generaciones futuras.
Miren: No he trabajado para mí sólo,
sino para todos los que buscan la Sabiduría».

Eclo 24, 40-47 
Biblia Latinoamericana (1975)

Estos teólogos racionalistas someten a la Biblia “a una interpretación puramente histórica” y a un método “casi científico” para intentar “identificar un Jesús histórico que existió antes de las creencias articuladas y trampas que la Iglesia supuestamente ideó sobre Él”. Estos eruditos asumieron “para sí mismos una autoridad para determinar no solo lo que Jesús dijo” sino “también lo que debe de haber significado”.

El P. Petri relató que esta corriente llegó a su punto más bajo en los Estados Unidos “a mediados de la década de 1980 con el establecimiento del 'Jesús Seminar' fundado y presidido por el biblista Robert Funk” y que hasta mediados de la siguiente década reunió a unos 150 académicos para determinar “lo que más probablemente fueron los dichos y hechos auténticos del Jesús histórico” y sobre los cuales se escribió en los Evangelios.

En 1993 “concluyeron colectivamente que solo once dichos de Jesús reportados en los Evangelios eran probablemente auténticos”. “No sorprendentemente –advirtió–, los once son esas enseñanzas que el liberalismo secular adopta sin escrúpulos (por ejemplo, preocupación por los pobres, amar a los enemigos y dar la otra mejilla)”.

Si fuese así, “las Escrituras ya no serían aptas para la enseñanza: su significado no podría ser conocido, incluso por la Iglesia, sin un análisis académico explícito. Lejos de abrir la Palabra de Dios a los fieles, tal visión manifiesta un elitismo frecuentemente asociado con el clericalismo de la Edad Media”, advirtió.
“La Ilíada, La Odisea y un tercer ‘poema’ que destaca por encima de los otros: los cuatro Evangelios… Las tres historias –la de Troya, de Ulises y de Jesús– han bastado a la humanidad… Pero, en el caso de los Evangelios, hay una diferencia: creo que la historia de Cristo no puede ser contada mejor”. (El lenguaje poético es análogo al sacro; es fruto de una “inspiración”)  Jorge Luis Borges
📖
"Yo Soy como un canal salido de un río, 
como un arroyo que lleva al paraíso.
Dije: Voy a regar mi jardín,
voy a regar mis flores.
Mi canal se convirtió en río
y el río en mar.

Haré brillar como la aurora la instrucción,
llevaré su luz lo más lejos que pueda.
Derramaré la enseñanza como la profecía
y la transmitiré a las generaciones futuras.
Miren: No he trabajado para mí sólo,
sino para todos los que buscan la Sabiduría".

Eclo 24, 40-47 

Ver también:


Cada día se fundan nuevas iglesias, cada una de las cuales afirma poseer la interpretación correcta de la Biblia. ¿Acaso no es la Biblia la verdad revelada por Dios y no reveló Dios la verdad de manera que pueda conocerse con certeza? Ciertamente que sí, pues Dios no habla para crear confusión o para que cada uno haga lo que quiera con Su Palabra.
Cristo, en Su infinita sabiduría, bien sabía que Su Palabra se sostendría para siempre ante los ataques del demonio y la debilidad de los hombres que somos propensos a manipularla a nuestra conveniencia. Para que todos puedan encontrar la verdad Cristo fundó una Iglesia, su Cuerpo Místico, y le prometió que el Espíritu Santo siempre la guiaría, para que en ella todos puedan conocer la verdad. Ni los ataques externos ni los pecados de sus propios hijos jamás podrán alterar la verdad revelada y custodiada por la Iglesia. La verdad se mantiene íntegra e invariable porque Dios es siempre fiel a la Iglesia, Su esposa.

EL ESPIRITU SANTO, INTÉRPRETE DE LA ESCRITURA (Cat. I.C. 109-111)
En la Sagrada Escritura, Dios habla al hombre a la manera de los hombres. Por tanto, para interpretar bien la Escritura, es preciso estar atento a lo que los autores humanos quisieron verdaderamente afirmar y a lo que Dios quiso manifestarnos mediante sus palabras. (DV 12,1)

Para descubrir la intención de los autores sagrados es preciso tener en cuenta las condiciones de su tiempo y de su cultura, los "géneros literarios" usados en aquella época, las maneras de sentir, de hablar y de narrar en aquel tiempo. "Pues la verdad se presenta y se enuncia de modo diverso en obras de diversa índole histórica, en libros proféticos o poéticos, o en otros géneros literarios". (DV 12,2)

Pero, dado que la Sagrada Escritura es inspirada, hay otro principio de la recta interpretación, no menos importante que el precedente, y sin el cual la Escritura sería letra muerta: "La Escritura se ha de leer e interpretar con el mismo Espíritu con que fue escrita". (DV 12,3)

Siguiendo estos principios queda claro, por ejemplo, que Adán y Eva existieron, que los ángeles actúan en la historia y que Jesús hizo verdaderos milagros.


TRES CRITERIOS PARA UNA INTERPRETACIÓN 
DE LA ESCRITURA CONFORME AL ESPÍRITU 
QUE LA INSPIRÓ. 

¿Cómo podemos estar seguros que interpretamos la Biblia correctamente? 
El Catecismo de la Iglesia Católica (112-114) enseña tres criterios que la Iglesia siempre ha sostenido como necesarios para interpretar correctamente la Biblia:

1. Prestar una gran atención "al contenido y a la unidad de toda la Escritura".
En efecto, por muy diferentes que sean los libros que la componen, la Escritura es una en razón de la unidad del designio de Dios, del que Cristo Jesús es el centro y el corazón, abierto desde su Pascua. (Cf. Lc 24,25-27.44-46).

Sto. Tomás de A. enseña que el corazón de Cristo designa la sagrada escritura. La Sagrada Escritura, por su parte, hace conocer el corazón de Cristo. "Este corazón estaba cerrado antes de la Pasión porque la Escritura era oscura". Pero la Escritura fue abierta después de la Pasión, porque los que en adelante tienen inteligencia de ella consideran y disciernen de qué manera deben ser interpretadas las profecías. (Sto. Tomás de A., Psal. 21,11)

2. Leer la Escritura en "la Tradición viva de toda la Iglesia".
Según un adagio de los Padres, "La Sagrada Escritura está más en el corazón de la Iglesia que en la materialidad de los libros escritos" ("Sacra Scriptura principalius est in corde Ecclesiae quam in materialibus instrumentis scripta"). En efecto, la Iglesia encierra en su Tradición la memoria viva de la Palabra de Dios, y el Espíritu Santo le da la interpretación espiritual de la Escritura. (Orígenes, hom. in Lev. 5,5).

-"Estoy con quien esté unido a la Cátedra de san Pedro" "yo sé que sobre esta piedra está edificada la Iglesia". Ver: San Jerónimo: como interpretar las escrituras. 

3. Estar atento "a la analogía de la fe".
Por "analogía de la fe" (cf. Rm 12,6) entendemos la cohesión de las verdades de la fe entre sí y en el proyecto total de la Revelación.

EL SENTIDO DE LA ESCRITURA 
(Catecismo I.C. 115-119)

Según una antigua tradición, se pueden distinguir dos sentidos de la Escritura: el sentido literal y el sentido espiritual; este último se subdivide en sentido alegórico, moral y anagógico. La concordancia profunda de los cuatro sentidos asegura toda su riqueza a la lectura viva de la Escritura en la Iglesia.

El sentido literal. Es el sentido significado por las palabras de la Escritura y descubierto por la exégesis que sigue las reglas de la justa interpretación. "Todos los sentidos de la Sagrada Escritura se fundan sobre el sentido literal" S.Tomás de A., s. th.1,1,10,ad 1 ("Omnes sensus (sc. sacrae Scripturae) fundentur super litteralem".). 

El sentido espiritual. Gracias a la unidad del designio de Dios, no solamente el texto de la Escritura, sino también las realidades y los acontecimientos de que habla pueden ser signos.

1. El sentido alegórico. Podemos adquirir una comprensión más profunda de los acontecimientos reconociendo su significación en Cristo; así, el paso del mar Rojo es un signo de la victoria de Cristo y por ello del Bautismo. (cf 1 Co 10,2)

2. El sentido moral. Los acontecimientos narrados en la Escritura pueden conducirnos a un obrar justo. Fueron escritos "para nuestra instrucción" (1 Co 10, 11; cf Hb 3-4,11).

3. El sentido anagógico. Podemos ver realidades y acontecimientos en su significación eterna, que nos conduce (en griego: "anagoge") hacia nuestra Patria. Así, la Iglesia en la tierra es signo de la Jerusalén celeste. (cf Ap 21,1-22,5)

Un dístico medieval resume la significación de los cuatro sentidos: 
La letra enseña los hechos,
la alegoría lo que has de creer,
el sentido moral lo que has de hacer,
y la anagogia a dónde has de tender.

(Littera gesta docet, quid credas allegoria, 
Moralis quid agas, quo tendas anagogia.)

"A los exegetas toca aplicar estas normas en su trabajo para ir penetrando y exponiendo el sentido de la Sagrada Escritura, de modo que con dicho estudio pueda madurar el juicio de la Iglesia. Todo lo dicho sobre la interpretación de la Escritura queda sometido al juicio definitivo de la Iglesia, que recibió de Dios el encargo y el oficio de conservar e interpretar la Palabra de Dios" (Dei Verbum 12,3):
"No creería en el Evangelio, si no me moviera a ello la autoridad de la Iglesia católica". San Agustín, fund. 5,6. (Ego vero Evangelio non crederem, nisi me catholicae Ecclesiae commoveret auctoritas).
Las Sagradas Escrituras
Para entenderlas necesitamos la Iglesia 
y un corazón abierto

Las Escrituras deben ser explicadas por una autoridad competente:
Lucas 24,27: Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, (Jesús) les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras.

Hechos 17,2 Pablo, según su costumbre, se dirigió a ellos y durante tres sábados discutió con ellos basándose en las Escrituras

II Pedro 1,20 Pero, ante todo, tened presente que ninguna profecía de la Escritura puede interpretarse por cuenta propia

Muchos leían las Escrituras pero no las entendían ni aceptaban a Jesús porque sus corazones permanecían cerrados:
Juan 5,39-40 -Vosotros investigáis las escrituras, ya que creéis tener en ellas vida eterna;
ellas son las que dan testimonio de mí; y vosotros no queréis venir a mí para tener vida.

Mateo 22,29 -Jesús les respondió: «Estáis en un error, por no entender las Escrituras ni el poder de Dios.»

Hechos 13:27 -Los habitantes de Jerusalén y sus jefes cumplieron, sin saberlo, las Escrituras de los profetas que se leen cada sábado;

Lucas 24,45: -Y, entonces, abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras,

Consecuencias de interpretar las Escrituras sin la guía de la Iglesia
II Pedro 3,16-17 -Lo escribe también en todas las cartas cuando habla en ellas de esto. Aunque hay en ellas cosas difíciles de entender, que los ignorantes y los débiles interpretan torcidamente - como también las demás Escrituras - para su propia perdición. Vosotros, pues, queridos, estando ya advertidos, vivid alerta, no sea que, arrastrados por el error de esos disolutos, os veáis derribados de vuestra firme postura.

Re: Estudio bíblico
Benedicto XVI propone superar el dualismo entre exégesis y teología
14 de octubre 2008, durante la décimo cuarta congregación del Sínodo de los Obispos sobre la Palabra. (Fuente,Zenit.org).

Queridos hermanos y hermanas:

El trabajo con motivo de mi libro sobre Jesús da la oportunidad de ver todo el bien que nos llega de la exégesis moderna, pero también permite reconocer sus problemas y sus riesgos.

La Dei Verbum 12 ofrece dos indicaciones metodológicas para un adecuado trabajo exegético. En primer lugar, confirma la necesidad de la utilización del método histórico-crítico, cuyos elementos esenciales describe brevemente. Esta necesidad es la consecuencia del principio cristiano formulado en Juan 1, 14: "Verbum caro factum est". El hecho histórico es una dimensión constitutiva de la fe cristiana. La historia de la salvación no es una mitología, sino una verdadera historia y, por lo tanto, hay que estudiarla con los métodos de la investigación histórica seria.

Sin embargo, esta historia posee otra dimensión, la de la acción divina. En consecuencia la Dei Verbum habla de un segundo nivel metodológico necesario para la interpretación justa de las palabras, que son al mismo tiempo palabras humanas y Palabra divina. El Concilio dice, siguiendo una regla fundamental para la interpretación de cualquier texto literario, que la Escritura hay que interpretarla en el mismo espíritu en el que fue escrita y para ello indica tres elementos metodológicos fundamentales cuyo fin es tener en cuenta la dimensión divina, pneumatológica de la Biblia: es decir se debe 1) interpretar el texto teniendo presente la unidad de toda la Escritura; esto hoy se llama exégesis canónica; en los tiempos del Concilio este término no había sido creado aún, pero el Concilio dice la misma cosa: es necesario tener presente la unidad de toda la Escritura; 2) también se debe tener presente la viva tradición de toda la Iglesia, y finalmente 3) es necesario observar la analogía de la fe. Sólo allí donde los dos niveles metodológicos, el histórico-crítico y el teológico, son observados, se puede hablar de una exégesis teológica - de una exégesis adecuada a este Libro. Mientras que con respecto al primer nivel la actual exégesis académica trabaja a un altísimo nivel y nos ayuda realmente, la misma cosa no se puede decir del otro nivel. A menudo este segundo nivel, el nivel constituido por los tres elementos teológicos indicados por la Dei Verbum, casi no aparece. Y esto tiene consecuencias más bien graves.

La primera consecuencia de la ausencia de este segundo nivel metodológico es que la Biblia se convierte en un libro del pasado solamente. Se pueden extraer de él consecuencias morales, se puede aprender la historia, pero el libro como tal habla sólo del pasado y la exégesis ya no es realmente teológica, sino que se convierte en pura historiografía, historia de la literatura. Esta es la primera consecuencia: la Biblia queda como algo del pasado, habla sólo del pasado.
Existe también una segunda consecuencia aún más grave: donde desaparece la hermenéutica de la fe indicada por la Dei Verbum, aparece necesariamente otro tipo de hermenéutica, una hermenéutica secularizada, positivista, cuya clave fundamental es la convicción de que lo Divino no aparece en la historia humana. Según esta hermenéutica, cuando parece que hay un elemento divino, se debe explicar de dónde viene esa impresión y reducir todo al elemento humano. Por consiguiente, se proponen interpretaciones que niegan la historicidad de los elementos divinos.

Hoy, el llamado mainstream de la exégesis en Alemania niega, por ejemplo, que el Señor haya instituido la Santa Eucaristía y dice que el cuerpo de Jesús permaneció en la tumba. La Resurrección no sería un hecho histórico, sino una visión teológica. Esto sucede porque falta una hermenéutica de la fe: se consolida entonces una hermenéutica filosófica profana, que niega la posibilidad de la entrada y de la presencia real de lo Divino en la historia. La consecuencia de la ausencia del segundo nivel metodológico es la creación de un profundo foso entre exégesis científica y Lectio divina. Y ello a veces provoca también una cierta perplejidad en la preparación de las homilías. Cuando la exégesis no es teología, la Escritura no puede ser el alma de la teología y, al revés, cuando la teología no es esencialmente interpretación de la Escritura en la Iglesia, esta teología ya no tiene fundamento.

Por eso para la vida y para la misión de la Iglesia, para el futuro de la fe, es absolutamente necesario superar este dualismo entre exégesis y teología. La teología bíblica y la teología sistemática son dos dimensiones de una única realidad, que llamamos teología. Por consiguiente, sería deseable que en una de las propuestas se hablara de la necesidad de tener presente en la exégesis los dos niveles metodológicos indicados por la Dei Verbum12, en la que se habla de la necesidad de desarrollar una exégesis no sólo histórica, sino también teológica. Así pues, será necesario ampliar la formación de los futuros exégetas en este sentido, para abrir realmente los tesoros de la Escritura al mundo de hoy y a todos nosotros.

[Traducción del original italiano 
por la Secretaría del Sínodo de los Obispos
© Copyright 2008 - Libreria Editrice Vaticana]


VER+:

📕 
¿QUIÉN ES EL DISCÍPULO AMADO DE JESÚS 
EN EL EVANGELIO DE SAN JUAN?

FRASES SOBRE LA BIBLIA






Beatriz Ozores: "De nada nos sirve conocer la Palabra de Dios si no la hacemos nuestra"